Noticias como éstas dan cuenta del mucho camino que nos falta por recorrer en la consecución de nuestros derechos como mujeres, como madres que pueden elegir cómo desean dar a luz aun cuando optan por acudir a un centro hospitalario. Una "madre insumisa" ha reivindicado su derecho a parir de manera natural.
Lidia Camacho, residente en San Pedro del Pinatar (Murcia), va a tener en enero su tercer hijo. Decidió presentar al hospital un plan de parto, en el cual solicitaba un parto natural sin oxitocina, sin epidural, sin rasurado de la vulva, en posición sentada y sin episotomía. Es decir, sencillamente reclamaba la ausencia de actos que según la OMS son dañinos o inefectivos.
En el hospital donde le correspondería dar a luz, Los Arcos (Santiago de la Ribera), le han contestado denegando su plan, señalando que el protocolo de partos en dicho centro es muy diferente al que proponía: aplican el rasurado y la oxitocina, la episotomía "queda a juicio del que atiende el parto" y la madre da a luz en una camilla.
La mujer les volvió a escribir justificando todas sus peticiones con las recomendaciones que da la Organización Mundial de la Salud. Según fuentes de la Consejería de Sanidad, sólo los hospitales Los Arcos y el Rosell (de Cartagena) no atienden partos naturales "por razones de espacio".
Yo me pregunto si precisamente no hace falta menos espacio para que una mujer dé a luz en posición vertical o que no haya goteros.
Y aunque la noticia no especifica más detalles, no entiendo cómo se puede despreciar de ese modo los deseos de una madre ni cómo un hospital alega problemas de espacio para justificar su protocolo. Sin duda una noticia lamentable que los protocolos sean contrarios a las recomendaciones de la OMS y además inflexibles.
Seguro que a todos nos suenan historias de madres que deciden ir a hospitales distintos a los que tienen adjudicados (eso sí, en el último momento para que no las "reenvíen" a su centro, con los riesgos que ello podría conllevar) para intentar conseguir un parto más aproximado a sus deseos, ya sea porque atienden de un modo más natural, o porque desean la epidural que su hospital no administra según qué días.
Por fortuna, en muchos hospitales ya se avanza hacia una atención a los partos de una manera más natural. En cualquier caso, no me gustaría estar en el lugar de esta madre, a la que deseo toda la suerte del mundo en su reivindicación, y en su parto.
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