Seguro que recordáis el caso de Nadia, la estafa solidaria de la que hablaba todo el país hace un año. Para poneros rápidamente en autos: es la historia de una niña de 11 años afectada con tricotiodistrofia, una enfermedad rara para la que no hay cura que le provoca envejecimiento prematuro. Se descubrió que los padres habrían exagerado la enfermedad de su hija, diciendo que estaba en riesgo de muerte, para conseguir recaudar muchísimo dinero.
Tras investigar el caso, la Fiscalía de Lleida acaba de dar a conocer que pide seis años de cárcel para los padres de Nadia por haberse quedado presuntamente con 1,1 millones del dinero donado a la Asociación Nadia Nerea. Es la fundación que ellos mismos crearon para recaudar fondos para tratar a su hija cuya vida hicieron creer que estaba en riesgo, pero que se habrían utilizado para otros fines no relacionados con la curación de la pequeña.
El Fiscal no tiene dudas de que sus padres, Fernando Blanco y Margarita Garau, usaron la enfermedad de la pequeña para sacar provecho de la situación y estafar a más de cinco mil quinientas personas que donaron dinero conmovidos por la historia, algunos menos de uno hasta aportaciones de más de mil euros.
Los padres daban entrevistas en televisión pidiendo dinero para solventar los gastos de supuestas intervenciones en el exterior y tratamientos necesarios para salvar la vida de su hija, cuya vida dependía de ello, aseguraban.
Según ha informado Efe, el escrito del fiscal señala que los padres de la menor, que sí padecía tricotiodistrofia aunque su vida no estaba en riesgo, crearon la asociación con el "ánimo de obtener un lucro patrimonial ilícito".
Asegura además que la asociación no fue más que "una excusa para recaudar fondos con la intención de destinar el dinero a su propio consumo y ocio". Además de la prisión, la Fiscalía también pide una multa de 18 meses con una cuota diaria de 18 euros.
Recordemos que la mentira se descubrió a raíz de que algunas más que probables falsedades se dieran a conocer en la prensa a través de artículos periodísticos publicados en Malaprensa o Hipertextual que lo tacharon de "cuento chino". Se comenzó a tirar del hilo, la policía empezó a investigar y la historia acabó con prisión provisional para el padre (ratificada el 28 de noviembre de este año), mientras que la madre se encuentra en libertad pero perdió la custodia de la pequeña, que actualmente vive con su tía materna.
Vía | El País
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