Como padres es nuestra responsabilidad velar por la seguridad de nuestros hijos en cualquier situación y el coche no iba a ser menos. Según los datos de la DGT, los accidentes de tráfico son la primera causa de muerte entre los menores de 14 años donde el 40% de los niños fallecidos no llevaba ningún sistema de protección. Estas cifras son alarmantes. Por este motivo es imprescindible usar sistemas de retención infantil como forma de reducir los siniestros y de evitar el 90% de las lesiones.
La Alianza Española por la Seguridad Vial Infantil (AESVI), compuesta por la DGT, los fabricantes e importadores de sistemas de retención infantil y otras entidades, advierte a padres y madres que no compren o reutilicen sillitas infantiles de segunda mano.
Es una de las recomendaciones incluida en su Decálogo de Seguridad Vial Infantil presentado el pasado 1 de marzo donde se cuentan las 10 medidas "imprescindibles" a los padres para el correcto transporte de los menores en los vehículos con el objetivo de eliminar las muertes a bordo así como las lesiones.
Cinco motivos para no usar una silla de segunda mano
No se recomienda su uso cuando desconocemos la procedencia o ha sido utilizada en largos períodos de tiempo por los siguientes motivos:
No conocemos las circunstancias que ha sufrido la sillita: cómo la han cuidado los anteriores dueños, si ha sufrido golpes o algún accidente.
Seguramente no exista un manual de instrucciones que ayude a su instalación correcta, imprescindible para evitar daños en caso de accidente.
Es probable que existan piezas rotas o daños no visibles a primera vista.
Las sillas también envejecen. ¿Sabemos cuántos años tiene? ¿Sabías que la luz solar puede deteriorar el material de la silla y provocar grietas afectando su seguridad? Los arneses también se desgastan con el tiempo. Los modelos suelen considerarse obsoletos a partir de los tres o cuatro años, aunque según la Fundación Mapfre la vida útil puede alargarse hasta los seis años.
Las normativas vigentes en seguridad infantil se van actualizando y una silla de segunda mano puede no ser tan segura como las de normativas más actuales. En la actualidad conviven dos normativas que regulan los sistemas de retención infantil (SRI): la ECE R44/04 (en vigor desde 1982) y la normativa ECE R129 o i-Size (en vigor desde 2013). Desde este año solo pueden fabricarse sillas que cumplan esta última aunque sí se pueden utilizar las sillas con homologación R44.
¿Y si no queda otra opción?
La realidad es que las sillitas infantiles son caras y la llegada de un bebé al hogar viene acompañada de la compra de muchos accesorios a las que algunas familias no pueden hacer frente. A veces se reutiliza la silla de un hermano mayor, amigo o familiar y tal y como indica Rodrigo Hernández, portavoz de Save The Children, “en España no hay ningún tipo de subvención para un elemento tan fundamental".
Como en el caso de los sistemas de retención infantiles estamos poniendo en juego la seguridad de nuestros hijos, aunque no es lo recomendable, en el caso de reutilizar una silla de coche, tal y como indica Fundación Mapfre:
- Debemos asegurarnos de que la silla jamás ha estado involucrada en un accidente de tráfico. Cualquier colisión podría haber dañado alguna de sus piezas o provocado grietas, quizá imperceptibles a la vista, pero cruciales para salvaguardar la seguridad de los menores.
- Debe mantener su etiquetado de forma correcta: esto incluye el número de serie y fecha de fabricación. Con estos datos podremos saber cuántos años tiene la sillita y hasta si el fabricante ha hecho algún tipo de revisión por defectos de fabricación.
- Que no haya sido retirada del mercado: en ocasiones algunas partidas salen defectuosas, esto podremos averiguarlo con el número de serie.
- Debe incluir todas sus piezas: no hay que olvidar que la silla irá adaptándose al crecimiento de tu hijo así que es probable que debas añadir o quitar ciertas partes. Comprueba que están todas ellas.
- Incluye su manual de instrucciones, imprescindible para un correcto montaje.
- No debe superar más de seis años de antigüedad ya que es lo que se considera la vida útil de este tipo de accesorios.
- No esté deteriorada. Si tiene grietas, correas rotas, hebillas oxidadas... es mejor sustituirla, no lo dudes.
¿Qué más debemos tener en cuenta
- No hay que olvidar que la forma más segura de viajar para los pequeños es a contramarcha hasta los cuatro años. Según datos de la propia DGT, esta posición reduce hasta en un 90% el riesgo de lesiones graves y de muerte en los bebés y niños.
- Una vez superada esta edad, los mayores deben utilizar sillas con respaldo al menos hasta los 1,35 metros para conseguir una mayor protección frente a los impactos laterales.
- Hay que asegurarse siempre de que los sistemas de retención infantil que elijamos estén homologados y sean acordes a la edad y peso del niño.
- Evita llevar objetos sueltos al lado de los niños para evitar que les golpeen en caso de colisión.
- Es muy importante que viajen sin abrigo.
- Comprueba tu sistema de anclaje antes de comprar tu sillita y consulta con un especialista.
- En caso de accidente, lo más aconsejable es sacar al menor conjuntamente con su sistema de retención infantil.
Con todos estos consejos solo falta decir que hay que prestar mucha atención a las normas de tráfico y no olvidar que en la parte de atrás llevamos algo tan valioso que merece que levantemos el pie del acelerador.
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