Los chistes del boletín de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia han abierto un debate social sobre si un médico puede burlarse de las dolencias de sus pacientes o hacer chistes machistas publicándolos en un boletín oficial de una sociedad médida y están teniendo amplia repercusión en los medios y en asociaciones y organismos oficiales. Las reacciones a los chistes de la SEGO, como no podía ser de otro modo, no se han hecho esperar.
Me asombra que los ginecólogos con sensibilidad humana y las mujeres ginecólogas no se hayan quejado de esta muestra de una mentalidad que la sociedad rechaza. Estoy convencida que muchos se sienten avergonzados y humillados por esta muestra de una forma de pensar y actuar que no comparten.
Muchos ginecólogos, hombres y mujeres, respetan a sus pacientes, sus derechos, su dolor, su inteligencia y sus procesos sexuales, y pensarán que esto da una imagen del colectivo que jamás, jamás, debería haber tenido cabida en un medio de comunicación oficial de la sociedad que los representa a todos.
Las reacciones a la denuncia hecha por la Asociación El Parto es Nuestro no se han hecho esperar.
Aqui podemos leer la opinión de una ginecóloga al respeto y ella, desde luego, considera que la publicación es totalmente irrespetuosa, denigrante y de muy mal gusto. Esto es lo que dice la Dra. Miriam Al Adib Mendiri:
No puedo estar de acuerdo, jamás, con la publicación de estas viñetas, ni con la imagen lamentable que ofrecen del ejercicio de esta profesión y sobre todo, de las mujeres. Como mujer, y como ginecólogo, estoy muy decepcionada.
Espero que sea el momento de que tomen las riendas y sepan hacer de la SEGO una asociación centrada en el respeto al paciente al que atienden.
El humor está muy bien. El humor y la risa, en el ser humano, es una forma de defendernos del horror. Pero el respeto y la empatía son mucho más importantes. Sobre todo cuando somos los que debemos cuidar de aquellos de los que públicamente nos mofamos, denigrándolos y humillándolos. Yo nunca le confiaría mi vida sexual, ni mis temores, ni el nacimiento de mi hijo a quien haga estos chistes, ni al doctor que los firma, ni a ninguno de los que han permitido su publicación. No expondría mi cuerpo a sus manos, ni a sus miradas ni a su humor machista y misógino.
El País, 20 Minutos, ABC, ADN, Quo, La Información, y otro muchos medios de comunicación ya están haciendo que la sociedad vea de lo que se burlan los ginecólogos.
La Asociación Defensor del Paciente ha considerado, muy acertadamente, que las viñetas se ríen, con maldad, de los pacientes y, en declaraciones a 20 minutos, han dicho por boca de su presidenta, Carmen Flores, esto:
A los de SEGO les aconsejaría que estudiaran por qué son los profesionales más denunciados, en lugar de perder el tiempo en una estupidez como esta, hecha con mala fe y con maldad. Estas viñetas suponen violar el código ético de lo que se llaman médicos, se ríen de las mujeres. El chiste sobre el prolapso uterino es vergonzoso, se ríen de los pacientes que tienen la desgracia de sufrir esta patología.
El Instituto de la Mujer, en declaraciones de su presidenta, Teresa Blat, a 20 minutos, ha dejado claro que el estupor y el rechazo de las mujeres no es algo inmotivado y han solicitado su retirada por los cauces oficiales:
Estas viñetas atentan contra la dignidad de las mujeres, las trata con desprecio cuando van a consulta, en una situación de especial vulnerabilidad, visitando a los especialistas médicos en los que confían.
El Ministerio de Sanidad ha recibido ya muchas quejas de particulares y asociaciones de pacientes y de mujeres y estoy segura que su intervención va a ser firme. Esto es inadmisible.
El daño que estos chistes han hecho a la imagen de la SEGO es enorme. Sabemos lo poco permeables que son algunos ginecólogos a los avances que les indican que sus protocolos y procedimientos no son los adecuados, que deben dejar de intervenir por costumbre y deben tratar a la mujer en su parto con otra sensibilidad y mayores conocimientos de los aspectos emocionales y hormonales de este proceso sexual y reproductivo. Transmiten asco y desprecio hacia sus pacientes. No pueden haberlo hecho peor.
Pero con estos chistes, con las denuncias públicas, con el eco en los medios de comunicación, con lo que queda por pasar, creo que los ginecólogos, como colectivo representado en la SEGO, deben asumir su responsabilidad y proponerse dar otra imagen, la de médicos que respetan a sus pacientes.
La SEGO sigue callada, quizá esperando que el temporal amaine, pero creo que se equivocan y deben dar la cara, perdir disculpas y tomar medidas.
Es más, como paciente, desearía que me pidieran perdón y que asumieran sus responsabilidades. Si, desearía que el presidente de la SEGO dimitiera dando, con ello, muestra de que entiende lo grave del error que es ofender a sus pacientes públicamente y la imagen que se ha dado de toda una profesión, de su mentalidad, de su respeto a los derechos, el dolor y los sentimientos de las mujeres.
En Bebés y más | ¿Humor de ginecólogo?, El humor de la SEGO a debate