Cuando una pareja sufre un aborto espontáneo todas las ilusiones parecen esfumarse, pero es importante saber que siempre hay una esperanza. Sino, escuchad la historia de Ayshia y Haider Zaman, una pareja que tras trece abortos y casi una década de intentos por fin viven un final feliz: consiguieron ser padres de un bebé perfectamente sano.
Desde el primer intento hasta el día en que nació su hijo pasaron nada menos que dieciocho años. Ayshia sufrió abortos repetidos una y otra vez, siempre entre la semanas 6 y 12 de embarazo.
Ella sufre un trastorno en la coagulación de la sangre que impedía que el embrión anidara en las paredes del útero, provocando hemorragias y finalmente la pérdida de los embarazos.
Es inimaginable lo devastador que debe ser sufrir una pérdida tras otra, tanto física como psicológicamente. Volver a confiar y renovar las ilusiones para que vuelva a suceder siempre lo mismo y volver a quedar vacíos.
Pero no se rindieron, pidieron ayuda, se tomaron dos años de descanso antes de volver a intentarlo tras la última pérdida y dieron con un tratamiento que a la catorceava vez dio resultado.
Se le administró una terapia de fármacos destinados a aumentar el flujo de sangre alrededor del útero de Ayshia y que garantizara el alojamiento del bebé en las paredes del endometrio.
Afortunadamente, la historia acabó en final feliz y consiguieron cumplir el sueño de su vida de ser padres.
Moraleja: las esperanzas nunca se pierden y los sueños pueden convertirse en realidad, pero ¿cuál es el precio que estamos dispuestos a pagar por ello? No sé si yo en su lugar hubiese tenido la valentía y las fuerzas de seguir intentándolo.
Vía | Mirror
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