Será la supervivencia o será la necesidad de sustituir el alimento que venía de su madre por otro similar lo que llevó a Tha Sophat, un niño camboyano de un año y medio, a alimentarse directamente de las ubres de una vaca.
Su madre tuvo que irse de casa para buscar trabajo, viajando a Tailandia para ello. En ese momento el niño dejó de mamar y se quedó viviendo con su abuelo.
Un día vio a un ternero mamando de la vaca y al niño se le ocurrió que podría hacer lo mismo que el ternero, también de una vaca.
Toda esta historia empezó el día que una gran tormenta destruyó el hogar de la familia del niño, donde vivía con su madre. Para reparar la situación la madre se fue a buscar trabajo dejando al niño, de 18 meses de edad, en casa de su abuelo.
Entonces el niño, copiando lo que había visto hacer a un ternero, se acercó a una vaca para mamar de ella. El abuelo intentó apartarlo, pero viendo que éste lloraba y se enfadaba decidió dejarle.
Esto sucedió en Julio y el abuelo, ante las advertencias de las autoridades del país, ha explicado que a pesar de llevar dos meses mamando de una vaca “su salud está bien, está fuerte y no tiene diarrea”.
Las autoridades hablan del peligro de alimentarse de este modo a largo plazo y animan al abuelo para que haga algo por acabar con este hábito. Lo que ha conseguido el hombre hasta la fecha es reducir una toma diaria, que no es mucho, pero algo es algo.
No sé qué pensáis del asunto, pero lo cierto es que las autoridades sanitarias tienen razón, porque beber leche cruda directamente de una vaca tiene un riesgo considerable, pero también hay que tener en cuenta que este niño no vive en Madrid, sino en Nokor Pheas, un pueblo a más de 100 km de Camboya, cuyas condiciones higiénicas y sanitarias seguro distan mucho del ideal que todos tenemos.
Por cierto, no sé si os habéis fijado, pero me hizo mucha gracia verle con las manitas, tocando las otras ubres, como cuando los niños van tocando el otro pezón de la madre mientras maman de un pecho.
Vía y Foto | 20 minutos
Vídeo | Youtube
En Bebés y más | ¿Amamantarías a una cría de otra especie? Estas mujeres y estos animales sí, Una niña de cuatro años que sólo habla con animales, Rose Willcocks