Trabajadoras de la empresa textil Zara que en su día solicitaron reducción de jornada para poder conciliar la vida laboral con la familiar están denunciando que son despedidas de la empresa siendo acusadas de robo.
Zara es la empresa más importante de Inditex, que cuenta con 70.000 trabajadores en todo el mundo, siendo el 82 por ciento mujeres.
Con este porcentaje de mujeres cuesta creer que algo así pueda suceder, sin embargo algunas de las trabajadoras despedidas han hecho públicos los casos, verbalizando sus versiones de los hechos:
Mara Antón, de 31 años, estuvo nueve meses de baja por depresión tras tener a su hijo. Al regresar solicitó un traslado a otra tienda por estar más cerca de su domicilio, que le concedieron: “Allí comencé el turno de 24 horas en la sección de señora”.
Un buen día, a la salida, empezaron los problemas: “Me retienen en la tienda la encargada y el guarda jurado. Normalmente enseñábamos las bolsas a la encargada, pero ese día me dicen que las normas han cambiado y hay que enseñárselas al guarda también. Yo llevaba una camisa en una bolsa, que me había regalado una amiga. La encargada me dice que la he robado. Le digo que es un regalo y entonces me notifican, en ese mismo momento por carta, que me suspenden de empleo hasta el día 9 de junio”. Tras este periodo fue despedida.
Demandó a Zara por ello y en el juicio demostró, con el justificante de compra de la camisa, que había sido adquirida en otro centro comercial: “Me reincorporaron, pero claro, la situación no era muy agradable. Me trasladaron a probadores, con la encargada sentada a mi lado, y el primer día me encuentro con que han alarmado tres veces las prendas. Pedí mis vacaciones y me las tomé, con tanta mala suerte que me caigo y me hago polvo el hombro y el brazo, y ahora llevo tres meses de baja”.
A Sonia Arenas, de 34 años, la despidieron, según comenta, porque encontraron los zapatos de una compañera en su taquilla. Al parecer los problemas empezaron cuando solicitó una reducción de jornada: “Llevaba cuatro años con reducción de jornada y los últimos tres con mucha presión. A los seis meses me quisieron cambiar días, de sección e incluso de tiendas. Como me negaba, no podía hablar por teléfono, no podía ir al baño y los encargados estaban siempre pendientes de mí”.
Un día el problema se agravó: “Aparece la encargada con un enlace sindical para hacer revisión de taquillas, les abro la mía y me encuentro una bolsa que no me pertenece, con los zapatos de una compañera, que ella llevaba para devolver. En vez de preguntarme a mí o a otras compañeras, llaman a la encargada y al enlace sindical”.
Según explica, el día del juicio acudieron a declarar tanto la dueña de los zapatos como ocho testigos, todos a favor de la empresa, y algunos de ellos no estaban el día que todo ocurrió.
Maria Isabel González, de 29 años y encargada de la caja central en una tienda Zara fue despedida acusada de robar 477 euros en metálico. Al parecer una cinta de vídeo demostraba el hurto, sin embargo, al visionarla, el juez decidió que la trabajadora no estaba haciendo nada ilegal. El jurado declaró el despido improcedente y se condenó a Zara a readmitir a la trabajadora o a indemnizarla.
Zara es una empresa multinacional sin ningún tipo de problema económico, cuyos beneficios se cuentan en cientos de millones de euros anuales y cuyas trabajadoras son en su mayoría mujeres. Si los casos que estas mujeres denuncian son ciertos, es una lástima que dicha empresa utilice este tipo de métodos para cesarlas en su labor, teniendo en cuenta que el motivo es que las trabajadoras redujeron en su día su jornada, trabajando menos para conciliar el trabajo con la familia.
Vía | Interviú
Fotos | Flickr – Daquella manera, caninhas, gcardinal
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