Estos son mis cinco 'no negociables' en la crianza de mi hija
Siempre he pensado que, mientras no cause algún daño o peligro a nadie, cada familia es libre de criar y educar a sus hijos como mejor les parezca, dentro de sus posibilidades y conforme a sus creencias o experiencias personales.
Aunque todos solemos seguir las recomendaciones generales de los pediatras y expertos en crianza y salud infantil, al final de cuentas cada madre o padre decide sobre las reglas y modo de educar a los hijos. Sobre este último punto, muchos tenemos ciertas líneas rojas o "no negociables" que no permitimos que nadie pase por alto y que esperamos sean respetados.
Desde luego, esto es diferente para cada familia, lo que son para una pueden no serlo para otra. Te comparto cuáles son mis "no negociables" como madre y por qué quisiera que otros los respetaran. ¿Coincidirán con los tuyos?
No permito que mi hija viaje sin su silla
El número uno, el más importante... y el que más dolores de cabeza me ha ocasionado. A pesar de que hay mucha evidencia e información documentada sobre los riesgos de llevar a los niños en coche sin su silla, son muchas las personas que todavía consideran que "no pasa nada" si viajan sin ella o que cometen errores frecuentes al usarlas.
En lo personal, esto es algo que me ha ocasionado algunas discusiones con familiares mayores y miradas extrañas de conocidos cuando ven que mi hija de ocho años aún usa su silla (a esta edad es un alzador). Pero como madre y editora de maternidad tengo claro que viajará con ella hasta que cumpla el mínimo para ir solamente con cinturón: 150 centímetros de altura.
Los horarios de dormir son sagrados
Probablemente todos o la mayoría de los padres tenemos claro lo siguiente: las rutinas son indispensables cuando se trata de los hijos. No solamente porque nos ayudan a ser más organizados, sino porque son necesartias para un sano desarrollo y un buen descanso.
En particular, los horarios para ir a la cama son otro de mis no negociables de la maternidad. La hora de dormir debe respetarse sí o sí, de lo contrario la rutina de sale de control y no se cumple con el descanso recomendado. No soy una obsesiva, en fines de semana y vacaciones solemos tener mucha flexibilidad en casa, pero en días escolares la hora de dormir no se toca.
No permito que den refrescos
Estoy lejos de ser una madre que cocina todo desde cero y ofrece siempre alimentos orgánicos. Aunque intento que la alimentación de mi hija sea nutritiva y beneficiosa la mayoría del tiempo, considero que no tiene nada de malo tener de vez en cuando algún antojo o disfrutar de algo diferente o que se considera poco saludable, como patatas fritas o comida rápida (nuestras noches de película no serían lo mismo sin ellas).
Sin embargo, no permito que otras personas ofrezcan o den refrescos a mi hija. Como hemos dicho en otras ocasiones, los refrescos son una bebida no recomendada para la dieta de los pequeños y deberían evitarse o restringirlos a cumpleaños o eventos especiales. No aportan nutrientes de calidad, además de predisponer a enfermedades relacionadas con su alto contenido en azúcares.
La tablet no es una niñera
Hoy en día es común ver a los niños con una tablet en múltiples sitios, siendo restaurantes y consultorios médicos algunos de los más comunes. Puedo entenderlo: son sitios en donde habremos de esperar y los niños suelen aburrirse, por lo que la tablet o el móvil son una forma fácil de mantenerles entretenidos.
Pero a pesar de que puedo entender el por qué lo hacen algunos padres, no es algo con lo que esté de acuerdo ni haga con mi propia hija. Aunque creo que la tecnología es una herramienta práctica y beneficiosa, las pantallas no deben ser una niñera para nuestros hijos. Diversos estudios han encontrado que un uso excesivo o frecuente puede afectar el desarrollo de los niños e impacta negativamente la gestión de sus emociones.
A veces como padres pareciera que le tuviéramos temor al aburrimiento de los niños, pero debemos permitirles que se aburran para fomentar así su creatividad e imaginación. Si es necesario entretenerles mientras esperamos en un sitio, siempre podemos conversar o buscar alternativas libres de pantallas para cuando salimos fuera de casa.
Que opinen sobre mi crianza sin fundamentos
Finalmente, los consejos no pedidos - algo que a la mayoría de las madres nos suele molestar. A pesar de considerarme una mamá informada, creo que como padres nunca dejamos de aprender. Cada etapa de nuestros hijos viene acompañada de nuevos retos y desafíos, por lo que estamos en constante entrenamiento y siempre nos viene bien alguna recomendación de alguien que ya tenga experiencia.
Sin embargo, no permito que otras personas opinen de mi crianza sin fundamentos. Es decir, cuando lo hacen solo porque sí, sin investigar primero o detenerse a pensar por un momento si lo que critican o proponen es lo correcto o no. Hay consejos "de toda la vida" que hoy en día son obsoletos y la diferencia generacional puede ser el motivo de estas diferencias, pero querer imponer a los padres no es algo deseable ni agradable.
Entiendo y reconozco que nadie es perfecto, y podemos estar equivocados o ignorar algo sobre las decisiones que tomamos en la crianza. Pero sí quieren opinar o criticar mis formas, espero que lo hagan teniendo fundamentos o algo que pueda respaldar esas opiniones.
Foto de portada | Helena Lopes en Unsplash