Tengo una hermana gemela, y cuando éramos pequeñas, con tan solo tres años, nos separaron de clase en la escuela. Los profesores recomendaron esto a nuestros padres para así "evitar que fuéramos demasiado dependientes la una de la otra".
Aunque ya hace algunos años de esta vivencia, que se alargó de los tres años hasta los 16, aún recuerdo muchas cosas de estos primeros años en la escuela (también, gracias a lo que me han contado mis padres).
Hoy reflexiono sobre mi experiencia personal y sobre el impacto de esta vivencia, y menciono también algunas consideraciones a tener en cuenta a la hora de decidir si separar o no a los mellizos o gemelos en clase, y cómo prepararlos.
Nos separaron de clase con tres años
¿Se separan de clase a los gemelos o mellizos al escolarizarse? En general, en el colegio suelen dar su propia recomendación sobre si deberían ir juntos o separados en clase. Sin embargo, son los padres los que deberían poder decidir esta cuestión que afecta directamente a sus hijos.
En mi experiencia personal, cuando iniciamos la escolarización obligatoria, con tres años, mi hermana gemela y yo fuimos separadas; cada una a una clase.
Las explicaciones que les dieron entonces a nuestros padres fueron que "así evitaríamos desarrollar dependencia con la otra". Les dijeron que así tendríamos nuestro espacio y que podríamos trazar nuestro propio camino, ya que fomentar la independencia y la autonomía era muy importante en esa etapa del desarrollo.
Yo personalmente lo recuerdo como algo que no tuvo mayor trascendencia para nosotras, y hablo en plural porque esto lo hemos hablado con mi hermana muchas veces. Pero claro, esto es lo que recuerdo ahora; ¿quién me dice a mí que en ese momento no lo sufrí?
Lo cierto es que éramos pequeñas y rápido nos acostumbramos a algo que para nosotras, era "normal". Mis padres, en un principio dudaron de esa propuesta, y tengo constancia de que se lo pensaron muy bien; sin embargo, acabaron accediendo, confiando en el consejo de los profesionales.
No volvimos a estar en la misma clase hasta la llegada del Bachillerato, en el que había solo una clase. Recuerdo que ahí pensamos "¡otra vez juntas!". Pero, ¿qué pasó durante esos años "separadas"? Que aprendimos y crecimos, cada una "con su espacio", sí, pero a la salida del cole ya nos esperábamos la una a la otra, pues siempre queríamos estar juntas.
¿Separados o juntos en el aula, qué es mejor?
Personalmente, más que estar a favor o en contra de esta separación en las aulas de los gemelos o mellizos, lo que estoy es a favor de que los padres decidan lo que crean que es mejor para sus hijos.
Puesto que, estoy segura que habrá niños a los que les beneficiará, y otros a los que no tanto. También dependerá de cómo se plantee esta separación, de cómo se lleve a cabo, de si se prepara a los niños o no, etc.
Pero para poder decidir, es imprescindible que los padres dispongan de toda la información necesaria, de las alternativas y opciones disponibles. Y sobre todo, que se fomente su libertad de elección; que los profesionales les asesoren, guíen y orienten, pero no que les impongan nada o les presionen para que separen a sus hijos.
Consecuencias de haber sido separadas
Al estar desde los tres hasta los 16 años separadas, hicimos amigos distintos. Recuerdo que cada una tenía "sus amigos", su grupito, pero después, en el patio, todos éramos amigos.
Pero sí recuerdo esa "división" ("tus amigos y mis amigos"). Lo bueno es que, al terminar el cole, nos podíamos explicar qué había pasado en clase (cosa que no hubiéramos podido hacer estando juntas).
¿Y si la separación es traumática?
Sin embargo, también quiero expresar que, aunque nosotras no vivimos esta separación como algo negativo (o al menos, así lo recuerdo ahora, ya sabéis que la memoria puede ser traicionera...), me planteo dos cuestiones:
- 1. ¿Qué hay de la memoria emocional, aquella más inconsciente? ¿Quién me dice a mí que en ese momento no sufrí, aunque ahora ya no sea consciente de ello (han pasado 25 años de esa "primera" separación)?
- 2. Estoy segura que otros gemelos, o mellizos, separados en la escuela, sí vivieron esta separación como algo traumático.
Toda una primera infancia juntos
Aunque para algunas personas pueda parecer algo banal, separar a unos hermanos que además, son mellizos o gemelos, en una edad tan temprana, sí puede tener consecuencias emocionales.
Los gemelos tienen una relación muy especial, un vínculo muy estrecho y mágico; y hemos de pensar que seguramente estos niños han estado prácticamente 24 horas al día juntos durante sus primeros años de vida. Y de repente, les separan.
¿Ir a la misma clase genera dependencia?
Por otro lado, me gustaría reflexionar sobre esa supuesta dependencia que se debe "evitar" a toda costa en los gemelos. El argumento que dieron a mis padres cuando propusieron separarnos en clases, fue que así no generaríamos dependencia la una hacia la otra.
Pero yo me pregunto, ¿realmente no puede existir independencia estando en la misma clase? No lo sé, tal vez sí haya forma de lograrlo. Al final, cada una se hubiera sentado en su mesa, con sus cosas, aunque fuera en la misma clase.
No es que no piense que no se puede generar dependencia entre gemelos al estar en la misma clase, tal vez sí; lo que quiero decir es que la dependencia también se puede generar en muchos otros contextos y por muchas otras circunstancias y experiencias vividas.
En nuestro caso, reconozco que tuvimos una época de mucha dependencia, pero cuando éramos más mayores, en la adolescencia. Y no tenía nada que ver con si íbamos juntas o separadas en la escuela.
Preparar a los niños
Si finalmente, como padres y madres, decidís separar a vuestros hijos, creo que es importante prepararlos psicológicamente (por muy pequeños que sean). Deberemos adaptar nuestro lenguaje a su edad y explicarles cómo será la situación; por ejemplo, "a partir de ahora [nombre de los hermanos] iréis en clases separados, pero os veréis en el patio para jugar, tendréis a vuestro hermano cerca por si lo necesitáis, y siempre entraréis y saldréis juntos del cole".
Lo que no podemos hacer nunca es evitar esta explicación y que los niños se encuentren, de repente, separados en el cole, porque no lo entenderían y se podrían sentir muy mal, e incluso asustados. Anticipémosles esta situación y expliquémosles las cosas por su nombre, como algo positivo para ellos, que en caso de no serlo, se podrá cambiar.
La relación estrecha entre gemelos: un aliado
Finalmente, me gustaría hacer una reflexión sobre esa necesidad de separar a los gemelos para evitar que generen dependencia. Pienso que es muy difícil "evitar" esa dependencia en mellizos y gemelos (sobre todo en estos últimos); nos formamos juntos, nacemos juntos y somos, literalmente, clones.
Coincidimos en edad, en momentos vitales, y vivimos nuestras "primeras" veces juntos; en cierta forma, nos necesitamos, porque no concebimos una vida sin el otro, que es como nuestra mitad.
Y luchar contra esa "dependencia" me parece antinatural; más bien creo que se debería trabajar en ella para que no impida que los mellizos o gemelos crezcan con su propia personalidad e intereses, sabiendo que son un ser totalmente diferente al otro, aunque en cierta forma, siempre quiera a su otra mitad bien cerca.
Así que, fomentemos su independencia pero desde el amor y el respeto hacia esa relación, usándola como aliada, ya que hablamos de una relación que, al menos yo, siempre he sentido como la más mágica que puedo tener con alguien. Los mellizos y gemelos tienen suerte de tenerse.
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