Las vacaciones llegan a su fin y pronto los enanos empezarán guarderías y colegios, con la pereza que significa adaptarse a los nuevos horarios, tanto para los padres como para los niños.
Es el famoso síndrome posvacacional (sí, hasta las vacaciones tienen síndromes) que puede derivar en falta de concentración o irritabilidad hasta que los chicos logran acomodarse a la rutina escolar, en mas o menos dos semanas.
Por eso, los médicos de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SEMFYC) sugieren a los padres que empiecen a adaptar los horarios al horario escolar unos cuatro o cinco días antes del comienzo del curso.
Recomiendan un período de adaptación en el final de las vacaciones para que toda la familia pueda habituarse nuevamente a la rutina.
La recomendación va también para los padres que comienzan otra vez el horario laboral.
Y todo vuelve a empezar.
Vía | Terra