En Bebés y más estuvimos hablando de la polémica campaña de Armani Junior, la respuesta se ha hecho ver tanto en los comentarios de este blog como en todos los medios de comunicación, pero a favor o en contra, el tema no sólo debe basarse en cómo esta campaña publicitaria afecta a “los ojos con los que la mira la sociedad”. No hay que dejar pasar por alto la repercusión que puede tener en las niñas que participan en ellas, pues pueden ser serias y peligrosas.
Desórdenes alimentarios que desembocan en anorexia y bulimia, estados de ansiedad y depresión y algunas consecuencias más, pueden ser sufridas por las niñas que participan en este tipo de campañas. Para adquirir mayor conocimiento sobre el grave problema creado por la tendencia erotizadora en los anuncios en los que intervienen niñas, nada mejor que leer el informe que han elaborado los expertos de la Asociación de Psicología Americana, esta tendencia ya tiene nombre, “sexualización precoz de la infancia”.
La descripción no deja de ser acertada, en la que los agentes externos colaboran, empezando por la moda infantil que ya es igual que la que puede llevar una mujer adulta (la diferencia es que ésta reconoce los atributos sensuales que puede potenciar con ella), como las muñecas que visten como “mujercitas modernas y molonas”, y qué decir de ciertos dibujos animados. El valor de las niñas se ve encaminado a la estética obviando otros aspectos de la personalidad, además, abandonan antes de tiempo la niñez, perdiéndose el paulatino desarrollo que otorgará la madurez, la maduración física, psicológica y social deben ir unidas, pero sólo se anticipa la física, lo que tiene otros desencadenantes. Según el informe, en los últimos 20 años, los intereses de las niñas han pasado de querer sacar sus estudios a querer potenciar su aspecto físico, el hecho de no lograr su propósito crea insatisfacción y ésta puede ir acompañada de complejos y de los desórdenes psíquicos y alimentarios que conocemos, que desgraciadamente hoy abundan también a una edad cada vez más temprana, la edad media de su desarrollo se sitúa ya en torno a los nueve años.
Anticiparse a la vida adulta en lo físico con una madurez incompleta, anticipa potencialmente los problemas de los adultos.
Como padres, tenemos mucho que hacer y que decir, no es necesario vestir a nuestras hijas con vestidos de volantes, pero tampoco hace falta que vayan con minifaldas ajustadas o mostrando su ombligo, los encantos femeninos sí tienen edad.
Recordad que las niñas son niñas y tienen un futuro, no hay que preocuparse solamente de cómo se muestran a la sociedad y de con qué ojos se miran, no es necesario sentirse “honrado” diciendo que los demás tienen una mente enferma por no ver simplemente a unas niñas en ropa de verano, parece que no se ven las noticias ni se quiere reconocer que en el mundo hay otras personas con otras mentes que gracias a una imagen publicitaria puede llevarles a realizar un crimen.
Os recomendamos leer el suplemento que ha publicado El Mundo, La erotización de la infancia causa alteraciones físicas y psíquicas a medio y largo plazo.
Vía | El Mundo Más información | Polémica campaña de Armani Junior