A los peques les encanta el momento del baño porque eso de meterse en el agua les entretiene una barbaridad. Y es que después de un día duro de colegio de corretear, de pensar, de escribir, de estar imaginando y creando sin parar, un poco de descanso en la bañera les sienta estupendamente.
Ya sabemos que hacer pompas en la bañera es uno de los pasatiempos favoritos, también les hemos visto pintar y también hemos jugado con ellos a desperdigar todos los muñecos de los personajes favoritos de los niños en el agua aunque ¡luego hay que recogerlos!
Así que como el tiempo no va mucho con ellos lo más normal es que se tiren un buen rato en la bañera y nosotros encantados de verlos y de ayudarles en su limpieza e higiene. El tiempo que pueden estar en la bañera varía con la edad porque cuando son mayores con una ducha les basta. Cuando son pequeños hay dos criterios para sacar a los niños del agua, cuando ésta se enfría y cuando empiezan a arrugarse las yemas de los dedos de manos y pies.
Para medir el tiempo que pasan en la bañera podemos utilizar un sencillo reloj de arena adaptado como juguete para colgar en la pared. Mejor cuanto más colores chillones sean, que se cuelguen bien en la pared y sobre todo que los niños sean responsables y cumplan el tiempo marcado.
Y es que si los peques se duchan, la forma más eficaz de hacer un consumo de agua responsable es medir la duración del baño antes de que empiecen a dejar pasar el tiempo mientras el agua corre por las tuberías sin cumplir ninguna misión.
Creo que con cinco minutos tienen tiempo suficiente para lavarse la cabeza, el cuerpo y juguetear un poco a salpicar y a hacer posturas (especialmente como haya un espejo) mientras les cae el agua.
Imagen | ::: M @ X :::