Todos los que somos padres, en algún momento, hemos cometido errores de disciplina con los peques y es que no es fácil educar a los niños y mucho más cuando lo más común en estos días es que ambos miembros de la pareja trabajen fuera de casa.
Las equivocaciones que solemos cometer a la hora de educar a nuestros hijos son muy comunes y seguramente ninguno de nosotros pueda decir que no ha caído en alguno de ellos, vamos a comentaros tres de ellas que consideramos son los más corrientes.
Uno de los errores más frecuentes cuando son pequeños, son las frases a modo de advertencia para meterles miedo y que hagan o dejen de hacer algo, tan famosas como: si no te portas bien, va a venir el coco o el hombre del saco, etc. Por lo general, lo único que conseguimos es asustar a los niños que se portaran bien ese rato, pero en cuanto se les olvide, volverán a actuar mal. Debemos tener claro, que nunca debemos mentir a nuestros hijos, lo que debemos intentar es hacerles entender que el mal comportamiento no conduce a nada, que así, no solo no se consigue lo que uno quiere, sino que al contrario se enfada a los demás.
Otra de las equivocaciones más habituales, es amenazarles con un castigo y luego no cumplirlo. Los peques son muy listos y saben que cuando les advertimos, se va a quedar en meras palabras con lo que no modificaran el comportamiento. Todos los padres, tenemos claro que actuar como el poli malo, no es agradable, pero si nuestro hijo está comportándose mal, debe haber consecuencias, si todo queda en una simple amenaza, los niños no cambiarán porque saben que no habrá represalias. Lo que debemos hacer es avisarle de las consecuencias que va a tener su mal proceder y si el niño continúa con dicha actitud, debemos actuar en consecuencia y cumplir el castigo que le hemos indicado, por ejemplo: no hay tele en todo el día, no vas al parque, etc. De esta forma cuando el niño repita ese mal proceder solo tendremos que recordarle si es necesario repetir la sanción.
Por último, que no menos importante, a veces los padres nos quitamos la autoridad uno al otro, es algo que hacemos tanto los papás como las mamás y con ello lo único que conseguimos, es dañar la educación de nuestros hijos, que ven a quien hay que acudir cuando se quieren saltar una norma. Es normal que uno establezca una regla y el otro la quebrante para complacer a los niños, está claro que sin maldad por su parte.
Pues bien, debemos evitar este tipo de situaciones e intentar compartir las mismas ideas disciplinarias porque este tipo de actitudes a lo único que conducen es a que uno de los progenitores sea el malo. Esto no significa que se deba coincidir en los castigos, tan solo que a mal comportamiento, los peques sepan que la conducta es incorrecta y que tiene consecuencias.
Si procuramos evitar estos errores tan comunes que cometemos los padres probablemente podremos ir viendo como la educación de nuestros hijos puede ser más fácil y satisfactoria para toda la familia.
Imagen | Steve Polyak