El Ayuntamiento de Picón (en Ciudad Real) ha redactado una propuesta de Ordenanza Municipal de Seguridad y Convivencia, según la cual los niños tendrían que pedir permiso para ¡jugar en la calle! Según he leído quedaría prohibido explícitamente jugar con juguetes de ruedas (patines, monopatines, bicicletas) y pelotas… pero es que además, la Ordenanza incluirá la prohibición de acciones que atenten contra la convivencia tan lógicas como escupir, orinar en la calle; y tan ‘absurdas’ como subirse a los árboles.
Digo absurdas (y que me perdone el consistorio de Picón), porque normalmente a los adultos no se nos ocurre subirse a los árboles, es decir ganas no nos faltan, pero la habilidad no es la misma que durante la infancia, y por lo tanto se verían perjudicados ¡nuevamente los niños! He leído que esta población tiene unos 700 habitantes, y digo yo que si un pueblo de estas dimensiones donde los peques pueden gozar de una libertad vetada en las ciudades, no deja jugar en la calle, ‘apaga y vámonos’. Parece que para redactar los puntos que formarían parte de la Ordenanza (actualmente en fase de alegaciones), han copiado de un modelo de la Federación de Municipios y Provincias, ¡menudo modelo!. Debe ser que en algún lugar alguien ha olvidado que jugar es un Derecho para los niños, ¿no?
Imaginad que tuvierais que personaros en el Ayuntamiento (o en casa del alcalde si las dependencias municipales están cerradas) para pedir permiso por vuestros niños para que estos pudieran jugar. No sé si es que se pretende desalentar el juego libre, porque lo que tengo claro es no estar de acuerdo en el objetivo de ‘corregir ciertos comportamientos’. ¿Corregir el juego de los niños?. ¡si hasta los habitantes de Picón se han quedado anonadados!
Esto me recuerda a una escena vivida no hace más de dos meses en un lugar cercano a donde vivo: un adulto (no más de 30 años) pasó cerca de donde andaba mi hijo con sus amigos haciendo cosas de niños (trepar por laderas, descubrir insectos, hacer alguna travesura, darle al balón, ya sabéis) y la visión de unas criaturas jugando en libertad debió molestarle porque exclamó ‘¡ya están otra vez estos por aquí tocándose los h…..!’. ¿Qué es lo que le hubiera gustado que hicieran? me pregunto.
Sorprende muchísimo la capacidad de los adultos para olvidar nuestra propia infancia, y como si de una traición se tratara, señalar a los niños como seres molestos para los demás.
Me hace muchísima gracia cuando en el texto encontramos que la ‘circulación temeraria’ con patines por las aceras se podrá sancionar. A ver: los niños deben tener en cuenta que los peatones merecen respeto, y aprenderán a tener cuidado, pero ¿conducción temeraria?, no sé si reír o llorar.
Los vecinos de la localidad temen que a fuerza de copiar y pegar, sus autoridades se han olvidado de la idiosincrasia propia de Picón, porque tender en los balcones (para aprovechar el sol), poner macetas en el alféizar, o subirse al olivo para podarlo (si, esto también podría prohibirse), forman parte de la vida de los vecinos.
Eso sí: esas actividades infantiles podrán realizarse en zonas habilitadas al efecto, pero si se trata de eso, de aislar a los niños, pues podíamos ir diciéndolo claramente. Porque la convivencia se aprende estando todos juntos y respetándonos a fuerza de tolerarnos, ¿no es cierto?
Nos queda ahora cruzar los dedos para que no cunda el ejemplo, y tengamos que ver cómo los Derechos de los Niños se van cercenando sin compasión. Por cierto, por si alguien que viva en ciudad, tiene dudas sobre la razonabilidad de esta futura Ordenanza, me queda comentar que en el pueblo donde vivo, y yo que sepa en la mayoría de los alrededores, los niños juegan con pelotas, patines, bicicletas, o con lo que quieren por las calles, y hasta el momento, no han ocurrido incidentes por ello.
Imagen | Laurent Scheinfeld Vía | Cadena Ser En Peques y Más | Los padres tienen poco tiempo para jugar con sus hijos, aunque les gustaría incrementarlo, El juego es una capacidad del ser humano y un derecho de los niños y las niñas. Entrevista con Imma Marín