La mayoría de cosas que nos suceden en la vida, las cosas que vemos y con las que vivimos, forman parte de nuestro entorno desde hace tiempo, muchas de ellas tanto, que ya son cotidianas y no nos sorprenden.
Las fotografías, por ejemplo, ese poder que tienen algunos cacharros de captar una imagen y mostrarla acto seguido por una pantalla, ya no sorprenden a nadie, porque hasta los niños se ven en fotos y vídeos desde que son bien pequeñitos.
Sin embargo, hay países donde no saben lo que es una fotografía, igual que no saben lo que son muchas cosas que a nosotros nos parecen del día a día. Esto es lo que descubrió una joven pareja que en un largo viaje en moto llegó a Mongolia, cuando pidió permiso a una familia para hacerles unas fotos con una Polaroid.
Además de hacer las fotos grabaron esos momentos en un precioso vídeo, que es el que podéis ver arriba, donde lo más enriquecedor, para mí, es ver la cara de los niños al verse en una foto. Nunca antes habían visto una fotografía ni habían imaginado que existía la posibilidad de que su imagen quedara inmortalizada en un cuadradito blanco, flexible y fino.
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