Un comité pide al gobierno japonés que las mamás niponas le den el pecho a sus hijos y a la vez, que les canten nanas mirándoles a los ojos. Aunque esta no es la única recomendación también piden a los padres en general que televisores, móviles u ordenadores entre otros, deben encontrarse apagados, ya que estos aparatos conectan directamente con “los males del mundo”.
Resulta asombroso que un premio Nobel de química (Ryoji Noyori), proporcione estas últimas recomendaciones aludiendo a los males del mundo. Si ofreciera una explicación como, “las ondas electromagnéticas afectan a los niños o la televisión activa su sistema nervioso, etc.”, tendría un pase. Da la impresión de que se trata a la población nipona como ignorantes que pertenecen a una de esas sectas que asocian los avances tecnológicos con el diablo. Pero no acaba todo aquí, hace tres meses, el mismo comité quería que se implantara nuevamente el castigo corporal como parte de la educación de los niños, así como alargar la jornada de estudios.
Nos asombra que declaraciones y recomendaciones de esta índole, aludiendo al mal, se encuentren en pleno siglo XXI en uno de los países tecnológicamente más avanzados del mundo.
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