La cesárea es una intervención quirúrgica para extraer al bebé bastante frecuente en nuestro entorno. El 26 por ciento de los partos en España es por cesárea, el doble de lo recomendado por la OMS para quien la tasa “ideal” de cesáreas se encuentra entre el 10 y el 15 por ciento.
La cesárea puede ser necesaria cuando el parto vaginal supone un riesgo para la madre o el niño, siempre que haya un motivo médico que la justifique, como por ejemplo en caso de parto prolongado, sufrimiento fetal o cuando el bebé está mal colocado. Pero, ¿qué sucede cuando es la propia madre la que solicita expresamente dar a luz por cesárea porque es su deseo?
Es lo que se conoce como "cesárea a demanda", "cesárea a la carta" o "cesárea a elección del paciente", un fenómeno bastante habitual entre algunas celebrities, mujeres que han tenido un parto vaginal previo que haya sido traumático, o mujeres con miedo al parto.
Según un estudio de 2017, las razones que llevan a las mujeres a pedir una cesárea es la combinación de miedo al dolor e imprevisibilidad.
El parto vaginal es siempre la mejor opción
Es importante saber que la cesárea no es la panacea, y que no es una alternativa al parto vaginal, sino que se realiza cuando éste no es posible y debería limitarse a aquellos casos en los que realmente existe una necesidad para su realización. El parto vaginal es lo más recomendable, lo más seguro y siempre es la mejor opción, ya que los riesgos de someterse una cesárea son mayores que los del parto vaginal.
No hay que olvidar que aunque sea muy frecuente no deja de ser una intervención quirúrgica, con los riesgos propios de cualquier operación. Entre otros riesgos, la cesárea presenta un mayor riesgo de hemorragia y de atonía uterina, de desgarros de la pared uterina, de lesiones de órganos pélvicos (vejiga, intestino), además de posibles complicaciones anestésicas. Asimismo, tiene complicaciones postoperatorias como mayor riesgo de sufrir infecciones abdominales y de la propia herida quirúrgica. Sin mencionar la recuperación, que es más larga, y las molestias en la herida después de la cesárea.
Suponiendo que se dan todas las condiciones para un parto vaginal pero la madre rechaza esta forma de dar a luz, se abre un debate ético. La cesárea a petición de la madre debe ser valorada por el equipo médico teniendo en cuenta cada caso en particular.
Es evidente que la mujer tiene derecho a elegir su forma de parir, pero también es cierto que la decisión de la paciente puede entrañar riesgos reales para ella y para su hijo. Por ello, el médico debería intentar persuadirla de dichos riesgos y conseguir que cambie de parecer.
Si la mujer persiste, el obstetra debe asegurarse de que está informada y si sus motivos se basan en esta información, "la cesárea sería éticamente permisible".
Según este artículo médico, la cesárea a petición de la embarazada debe considerarse y respetarse atendiendo al principio de autonomía de la embarazada, pero el médico tiene la obligación de explicarle de forma exhaustiva las ventajas y los inconvenientes en su caso concreto.
De realizarse una cesárea electiva, deberá programarse a partir de la semana 39 de gestación para disminuir el riesgo de morbilidad respiratoria fetal.
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