La dilatación, las contracciones, todas esas horas en que el cuerpo se está preparando para dar a luz, generan ansiedad y dolor. Un dolor que va y viene y más o menos puede irse soportando pero que, cuando se va sumando al cansancio, puede llevar a muchas mujeres al punto de "no puedo más" y a la desesperación si te dicen que aún falta bastante para que nazca el bebé.
Toda ayuda es poca y cuando una mujer decide no hacer uso de la epidural debe conseguir controlar el dolor por otros medios, consiguiendo abstraerse de su entorno, permaneciendo en un sitio con poca luz y sin gente que le moleste, adoptando la posición que le sea más cómoda y recibiendo un masaje de otra persona, que se ha demostrado efectivo para controlar el dolor. Tan efectivo que parece mentira que no se utilice más este método y por eso os pregunto: ¿De verdad nadie te hizo un masaje mientras dilatabas?
A la tercera, masaje
En el primero de los partos en que estuve con mi mujer, ni masaje ni libertad de movimientos, ni nada. Ahí se hacía lo que decían las matronas y ginecólogos y se pasó el día tumbada en una cama con un monitor. En el segundo tuvo más libertad de movimientos, pero tampoco le hice ningún masaje porque, ni sabía que serviría de algo, ni me lo pidió. En el tercero, pues a la tercera va la vencida. Empezó a dilatar en casa y enseguida vio que la cosa iba a ser rápida, porque el dolor era de lo más intenso. Me pidió un masaje, durante las contracciones y se lo di del mejor modo que supe, notando ella mucho alivio. Luego las contracciones frenaban y yo corría a vestirme y preparar cosas, para lo cual tenía unos 3 minutos cada vez. Luego volvía al masaje durante la contracción y así hasta que en un momento no pude y ella le pidió a Jon, que por entonces tenía 6 años, que le hiciera masaje. Y el "partero" se puso manos a la obra para ayudar a mamá en una anécdota que aún hoy recuerdan y que hace feliz a Jon por haber colaborado en el parto de su hermano.
Qué dicen los estudios al respecto
Hay estudios para todo, y para esto no va a ser menos, sobre todo si cuando alguien se pone a masajear a una embarazada en fase activa de parto hay quien opina que "eso no sirve de nada". En este caso, como en tantos, parece ser que sí, ya que los estudios así lo expresan.
Por ejemplo, en un estudio realizado en el año 2013 estudiaron a 46 mujeres embarazadas de un bebé, que iniciaban el trabajo de parto de manera espontánea y con 4-5 cm de dilatación, que todavía no habían recibido ninguna medicación ni anestesia. A un grupo de ellas un fisioterapeuta les hizo un masaje lumbar de 30 minutos y en el otro grupo un fisioterapeuta estuvo ese tiempo ayudando a manejar el dolor solo de manera verbal.
Mediante una encuesta y a través de los datos posteriores (satisfacción de las madres, dosis recibida de epidural y el tiempo que la recibieron, etc.), vieron que sobre una escala de 100 puntos las que recibieron masaje tuvieron un dolor puntuado en 52 por un dolor de 72 en las que solo hablaron con el fisioterapeuta. Los investigadores concluyeron que el masaje ayuda a reducir la intensidad del dolor durante el parto.
Otro estudio que data de 2012 investigó a 77 mujeres en su primer parto. A un grupo se les hizo masaje y al otro grupo no se les hizo nada más allá de los cuidados habituales y analizaron cuál era el dolor cuando la dilatación era de 3-4 cm, 5-7 cm y 8-10 cm. Vieron que las mujeres del grupo que recibieron masaje puntuaron un dolor de 13,3 frente a 16,9 al estar de 3-4 cm, de 13,3 frente a 15,8 al estar de 5-6 cm y de 19,4 frente a 28,3 al estar de 7-8 cm.
Pese a que hay diferencias, los investigadores consideraron que no eran estadísticamente significativas, pero aún así concluyeron que el masaje realizado por un profesional puede ser efectivo en el control del dolor y que ello podría estar asociado a un uso de la epidural más tardío, disminuyendo así el número de riesgos asociados a este tipo de anestesia.
El Ministerio de Sanidad y Política Social, en su Guía de Práctica Clínica sobre la Atención al Parto Normal dice lo siguiente:
Se recomienda el masaje y el contacto físico tranquilizador como un método de alivio del dolor durante la primera y la segunda etapa del parto.
Así que durante el embarazo, porque dudo mucho de que en un hospital haya un fisioterapeuta para cada embarazada, dándole masajes, ya podéis instruir (o pedir que aprenda) a vuestra pareja para que, el día del parto, os ayude con caricias, masajes y contacto a llevar el momento más álgido de la dilatación, el más doloroso, de la mejor manera posible.
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