Aunque la sensación de dolor es subjetiva y varía de una mujer a otra, una de las características principales de las contracciones de parto es que son dolorosas (en un post anterior ya hemos explicado por qué duelen).
Existen métodos naturales para ayudar a aliviar las contracciones de parto si la mujer no quiere recibir anestesia epidural, o para sobrellevar las primeras contracciones hasta que esta llegue.
La analgesia epidural tiene sus pro y sus contras. Por un lado, es la única forma eficaz de anular completamente el dolor, pero por el otro puede tener efectos adversos sobre la salud de la madre y la progresión del parto.
Algunos estudios señalan que las mujeres que probaron tratamientos alternativos contra los dolores del parto disminuyeron en un 30 por ciento la necesidad de recurrir a analgésicos, por lo que es interesante conocer algunas alternativas de alivio del dolor con técnicas no farmacológicas.
Libertad de movimientos
Tener libertad para escoger la posición que la mujer considere más cómoda en cada momento es fundamental para sobrellevar el dolor de las contracciones. Estar tumbada en una cama inmovilizada no es la más natural en el trabajo de parto, y a menos que así lo deseemos, no ayuda a aliviar la sensación de dolor.
La posición más útil y más natural para controlar el dolor es en vertical, en cuclillas o semicuclillas, pues facilita la separación de las articulaciones de los huesos de la pelvis, aumentando su diámetro y facilitando además que el bebé se coloque en el canal de parto.
Otras posiciones que pueden ayudar son: de rodillas en el suelo, sentada con las piernas flexionadas y abiertas y la espalda apoyada en una pared o en tu pareja (para no cargar la espalda) o de pie con las piernas separadas y caminar entre contracción y contracción para ayudar a bajar al bebé.
También sentada en una silla mirando hacia el respaldo colocando los brazos sobre éste y curvando la columna, o sentada sobre una pelota de gimnasia con las piernas abiertas.
Técnicas de relajación
Las técnicas de relajación ayudan a aliviar las tensiones musculares y a centrar la mente, dos cosas muy importantes en el proceso del trabajo de parto. El estado de relajación libera además el estrés disminuyendo la sensación de dolor.
Las más conocidas son la técnica de relajación muscular progresiva de Jacobson, que consiste básicamente en aprender a tensar y luego relajar, secuencialmente, varios grupos de músculos a lo largo de todo el cuerpo, y el entrenamiento Autógeno de Schultz, basado en ejercicios fisiológicos y racionales de cada parte del cuerpo.
Cualquier técnica de relajación conviene empezar a practicarla meses antes del parto para que así sea más efectiva en el momento de dar a luz.
Bañeras de dilatación
Algunos hospitales disponen de bañeras con agua templada para la fase de dilatación. La sensación de estar sumergida en el agua es muy agradable y ayuda a mitigar el dolor que producen las contracciones de parto.
El agua templada hace que los músculos perineales se relajan y ablanden haciendo que los dolores sean menos intensos y facilitando luego la expulsión. A su vez, la relajación disminuye la producción de adrenalina, hormona responsable del endurecimiento del cuello del útero.
Técnicas de respiración
La respiración profunda y consciente es un método muy utilizado para el control del dolor. Controlar el flujo de oxígeno que entra en el cuerpo y enviar el aire a los músculos que están tensos ayuda a relajarlos. Además, contribuye a que el bebé reciba gran cantidad de oxígeno ayudándolo a sobrellevar mejor el estrés del nacimiento.
Por eso, practicar yoga durante el embarazo es un ejercicio de preparación muy recomendable para dar a luz. Porque además de aumentar la flexibilidad y ayudar a mantener el estado físico, en el yoga se practican diferentes técnicas de respiración que son muy útiles para sobrellevar el dolor de las contracciones y tener un buen nivel de autoconocimiento en el parto.
Estimulación eléctrica
La estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (ENET) o TENS por sus siglas en inglés es una terapia analgésica que consiste en el envío de impulsos eléctricos a través de la piel para reducir los dolores del trabajo de parto.
Son pequeños electrodos que se colocan sobre la piel y descargan corrientes eléctricas de bajo voltaje. Al estimular los senderos nerviosos de la médula espinal interrumpe la transmisión de señales de dolor al cerebro.
Otros métodos naturales para aliviar el dolor del parto
Hay otros métodos también relacionados al control del dolor en el parto.
Los masajes, proporcionados por una persona de confianza que le brinde apoyo contínuo a la embarazada, relajan los músculos y alivian las tensiones. Especialmente en la zona lumbar que es una de las que más se tensa, aportan un gran alivio.
También se habla de los beneficios de la acupuntura para aliviar el dolor del parto, pero algunos estudios apuntan a que la técnica milenaria podría no ser tan efectiva.
Hay quienes confían en la acción hipoanalgésica que provocan las finas agujas, mientras que otros creen que pueden eliminar obstrucciones en la circulación y aliviar otras dolencias, pero que tal vez en el caso del parto no aporte grandes beneficios.
Hace poco conocíamos que cantar podría ayudar a sobrellevar el dolor del parto pues desencadena la liberación de endorfinas, sustancias con efecto sedante, que a su vez actúan para reducir el dolor del parto. Se cree que la fuerza con la que se usan las cuerdas vocales para producir sonidos vibratorios puede causar una sedación que disminuye el dolor.
Es interesante saber que hay alternativas a la epidural o que utilizados como complemento, hay diversos métodos naturales que ayudan a aliviar el dolor de las contracciones de parto.
De cualquier forma, por más intensos que hayan sido, las mujeres tienden a olvidar los dolores del parto. Los recuerdos de la intensidad del dolor vivido en ese momento desaparecen con el paso del tiempo, pero la felicidad ante la llegada de un hijo perdura para siempre.
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