Es posible que tras el parto descubras en tu bebé recién nacido una pequeña cicatriz en la cabeza, pero no es motivo para alarmarse.
Puede tratarse de una pequeña costrita debido al electrodo del monitor fetal que se pone en la cabeza del bebé o una cicatriz producida por la microtoma fetal que a veces es necesario realizar en el momento del parto para valorar el estado del feto.
La microtoma fetal es una prueba que se realiza durante el período de dilatación cuando el monitor advierte de un posible riesgo de pérdida de bienestar fetal. El médico hace una pequeña incisión en el cuero cabelludo del bebé y extrae unas gotas de sangre que se analizan en pocos minutos para detectar si ha bajado el Ph y el nivel de oxígeno en sangre.
A partir de ahí el médico decide qué hacer. En muchos casos, el parto suele acabar en una cesárea. Últimamente, la prueba casi no se practica porque resulta un poco engorrosa tanto para el bebé como para los padres. Además el nuevo sistema de monitorización del feto con tecnología STAN permite controlar perfectamente el estado de oxigenación del bebé para valorar su bienestar en todo momento.
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