Hasta el momento, el motivo por el que un bebé viene de nalgas y no de cabeza parecía deberse a la casualidad, tal vez a preferencias del bebé en cuanto a comodidad.
Un nuevo estudio señala que la tendencia a nacer de nalgas es hereditaria y que puede provenir tanto de la madre como del padre.
Investigadores noruegos analizaron los nacimientos de 2,2 millones de bebés y encontraron que tanto niños como niñas que habían nacido de nalgas tenían más del doble de riesgo de que sus hijos nacieran de la misma forma.
El varón nacido de nalgas trasmite genes a su hijo que lo predisponen a nacer de la misma forma, mientras que en el caso de las mujeres, se suman a ellos otros genes relacionados con la complexión física como el tamaño y la forma de las caderas o malformaciones uterinas.
Aunque de momento no puede tomarse como un factor decisivo el relacionar la posición en la que venimos al mundo con una causa genética, el estudio es el puntapié inicial para profundizar sobre el tema.
Los expertos recomiendan que los médicos averigüen la forma en la que el padre y la madre nacieron para contribuir a un mejor planeamiento del embarazo. En el caso de venir de nalgas el médico evaluará si es viable el parto vaginal o la rotación cefálica externa antes de recurrir a una cesárea.
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