Quienes hemos tenido hijos, sabemos que durante los primeros años de maternidad es común que se pierda esa privacidad que solíamos tener antes de la llegada de nuestro bebé. Ahora vamos con él a todas partes y estamos constantemente al pendiente de sus cuidados y necesidades.
Pero a pesar de estar acompañadas prácticamente todo el tiempo por nuestro peque, los primeros años de la crianza son, en realidad, muy solitarios. Hoy te hablamos sobre la soledad en la maternidad, ese sentimiento del que poco se habla pero que muchas mujeres experimentan.
¿Por qué me siento tan sola si ya tengo a mi bebé?
Durante nueve largos meses (o quizás un poco menos, si tu bebé nació antes de lo esperado) aguardaste la llegada de ese pequeño ser humano que hoy tienes en brazos. Sabrías que una vez que naciera, tu vida cambiaría por completo y tus días se llenarían de amor y muchas experiencias nuevas.
Sin embargo, a pesar de sentirte feliz por tenerle, has notado que hay otro sentimiento que también se encuentra en ti y te hace sentir algo extraña: una soledad que no habías experimentado antes de convertirte en madre.
Es común que cuando nos damos cuenta por primera vez de esta sensación de soledad, caiga sobre nosotras un sentimiento de culpa, pues se supone que - de acuerdo con las expectativas que en ocasiones impone la sociedad a las madres - deberíamos sentirnos plenas, agradecidas y estar llenas de alegría todo el tiempo porque nuestro bebé ha nacido.
Pero la realidad es que la maternidad no es un camino de rosas y aunque no se suela hablar abiertamente o con frecuencia de esa soledad que viven las madres en los primeros meses y años de la crianza, lo cierto es que muchas mujeres lo viven.
Y es que aunque tener a nuestros hijos hace que se nos desborde de amor el corazón, ser madre es un trabajo altamente demandante que nos pone a prueba en todo sentido: emocional, físico y mental. Desde los terribles desvelos de los primeros meses hasta la recuperación de nuestro cuerpo tras el parto y los cuidados que requiere nuestro bebé, el cuarto trimestre es uno que puede llegar a ser difícil.
Con los horarios de cabeza, la recuperación postparto y el agotamiento sobre nuestros hombros, es complicado encontrar alguien que realmente comprenda lo que estamos viviendo en ese preciso momento; y en consecuencia, nos sentimos perdidas e incluso incomprendidas.
A diferencia de otras experiencias de vida, estos nuevos retos y cambios hacen que nuestra rutina no coincida con la de los demás, por lo que solemos tenerlos a solas, en la intimidad de nuestro hogar. Estamos tan enfrascadas en la crianza, que nosotras mismas nos aislamos un poco sin darnos cuenta.
No temas pedir ayuda
Afortunadamente, y como la vida nos lo ha enseñado, todo lo que vivimos son etapas que algún día pasarán y no debes sentirte culpable por tener esa sensación de soledad. Como ya lo mencioné alguna vez hace tiempo, afortunadamente la maternidad no es como el postparto, y esos días solitarios y llenos de dudas pronto terminarán. No obstante, aunque sentir soledad sea algo común o esperado en esos primeros meses, no significa que debas pasar el tiempo sola.
Mantener el contacto con las personas que aprecias, así como pedir ayuda siempre que lo necesites, son dos cosas que no debemos dejar de lado. La primera nos ayudará a mantener la cordura y conectar con nuestra vida fuera de la maternidad, y la segunda, a obtener ese merecido descanso que necesitamos durante esta etapa.
Si te sientes sola, habla con tu pareja, familia o amigos, y busquen la manera de ayudarte a aliviar la carga física y mental de esos primeros meses.
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