¿Por qué los bebés tienen las orejas tan blandas?

¿Por qué los bebés tienen las orejas tan blandas?
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Cuando Aran, mi hijo mediano, nació me sorprendió ver que una de sus orejas estaba totalmente doblada por la mitad. Llevaba más de una semana encajado en la pelvis de tal manera (una semana entera de contracciones cada 5 minutos) que, además, tenía una plagiocefalia más que evidente. Dudé de si esa oreja quedaría finalmente bien, pero mis temores (leves, que nació prematuro y su oreja era lo que menos me preocupaba) se disiparon pronto al ver que con el paso de las horas se ponía en su sitio.

Esto que relato puede suceder en otras ocasiones: pones al bebé a dormir, se queda de lado, pasa un buen rato y cuando le coges te das cuenta de que tiene una oreja totalmente doblada. Temes haber hecho algo terrible al deformársela, pero luego, enseguida, todo vuelve a su lugar. Quizás por eso os preguntéis: ¿por qué los bebés tienen las orejas tan blandas?

La realidad es que las orejas están hechas sobre todo de cartílago. Esto hace que sean blandas y que, además, puedan adoptar diferentes formas sin que ello las deforme de por vida. Por hacer un símil, no tenéis más que apretar la punta de la nariz (vuestra nariz) hacia un lado durante unos segundos. Al soltarlo se nos queda la nariz torcida un ratito y a los niños les hace especial gracia (¿no lo habéis hecho nunca? ya estáis tardando), pero luego todo vuelve a su sitio.

Pero nuestras orejas son más rígidas

Pues sí, y más grandes. Es lo que pasa con el tiempo, que las estructuras ya no están tan tiernecitas como sucede en los bebés y las orejas pierden elasticidad y maleabilidad. De hecho, no es la única parte del cuerpo que pierde elasticidad, y para muestra vosotros mismos. Intentad adoptar las posturas que toman los bebés y os daréis cuenta de que ya no podéis hacer eso que hacías cuando teníais pocas semanas o meses: adiós elasticidad.

Una anécdota, para acabar, que no sé si será cierta. Mi hermano pequeño ha tenido siempre un orificio de la nariz más grande que el otro. Mi madre nos explicó una vez que al nacer le pareció verle un moquito en ese orificio y le metió la punta del dedo meñique para sacárselo, haciendo que el orificio quedara más abierto.

A mí me cuesta creer que el motivo sea ese porque, como digo, es también un cartílago que debería volver a su posición sin problemas, de igual modo que después de mamar con la nariz chafada sobre el pecho, la nariz de los bebés queda bien, normal. Mi madre, en cambio, está convencida de que fue ella y ya no se lo negamos. En el fondo le hace gracia ver que ese detalle dejó tal efecto en la nariz de su hijo.

Foto | Ben Grey en Flickr En Bebés y más | El bebé tiene orejas de soplillo, Cuidados del recién nacido: cómo limpiar los oídos del bebé

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