Por qué no debemos sentir culpa de querer tiempo a solas para nosotras
En estas últimas semanas te he compartido algunos artículos acerca del tiempo para mamá. Te he contado por qué es importante tenerlo y qué podemos hacer para encontrar un momento para nosotras dentro de nuestro apretado horario de madres.
Algo que llamó mi atención fueron los comentarios en redes sociales al compartir dichos artículos, en los que algunas mujeres decían que no tenían derecho a ese tiempo a solas y otras decían que se sentían mal por querer estar lejos de sus hijos un rato.
Así que hoy quiero hablar un poco acerca de la culpa que sentimos las madres, del por qué nos cuesta entender que es válido tener un tiempo para mimarnos y compartirte algunas razones por las que no debemos sentirnos malas madres por desear tiempo para nosotras.
¿Por qué sentimos culpa las madres?
Algo que encuentro muy curioso acerca de la maternidad es el hecho de que en algún punto la mayoría de las madres sentimos culpa por algo, pero nadie suele mencionar que ésta viene dentro del paquete de "sentimientos maternos" que llega con los hijos.
¿Y por qué sentimos culpa las madres? Por muchas y diferentes razones. Algunas porque regresamos al trabajo y nos sentimos mal de dejar a nuestros hijos. Otras porque hay días en los que sentimos que no podemos más y quisiéramos tener una vacaciones de todo y todos. Algunas más nos sentimos culpables por no actuar como la madre de ensueño que quisiéramos ser.
La culpa está presente en la maternidad de distintas maneras y en diferentes etapas de nuestra vida como madres. Y es que todo mundo te dice que ser madre es lo mejor del mundo, pero pocos te cuentan que también puede llegar a ser algo sumamente difícil.
¿Qué tiene que ver la culpa con desear estar solas?
Creo que gran parte del sentimiento de culpa que sentimos las madres vienen de la presión social o la idealización de la maternidad. De alguna manera se espera que las madres siempre estemos de buen humor o llenas de energía para cuidar y atender a nuestros hijos. Incluso nosotras mismas al convertirnos en madres, asumimos nuestro papel dedicándonos en cuerpo y alma al cuidado de ellos. ¿Cómo no hacerlo? Es nuestra responsabilidad y lo hacemos con el inmenso amor que las madres solemos tener.
Pero justamente el pensar que la maternidad es siempre color de rosa y que debemos sentirnos plenas todo el tiempo, hace que nos cueste entender que es válido tener ese espacio para mimarnos o hacer lo que nos gusta. De alguna manera sentimos que estamos fallando o que no estamos haciendo "bien" las cosas porque queremos una pausa, un tiempo, un momento para descansar y desconectarnos de todo.
La realidad es que la maternidad suele ser muy demandante y con jornadas larguísimas. Ya lo comentábamos en otro artículo donde hablábamos acerca de las 98 horas a la semana que trabajan en promedio las madres. Es un trabajo constante en el que no paramos desde que amanece hasta que caemos rendidas en la noche. Y como tal, llega un punto en el que nos sentimos cansadas, agotadas e incluso quizás, un poco hartas de correr de un lado para otro sin parar.
Todo mundo nos dice cómo podemos ser una mejor madre, pero nadie nos dice que es válido sentirse cansada y desear estar un momento a solas, sin escuchar ni ver a nadie más. Así que si un día sientes que no puedes más y necesitas un descanso, no te sientas mal. Eres humana, no robot.
Razones por las que no debemos sentir culpa de querer nuestro tiempo
Algo que me gusta tener presente cuando estoy teniendo un mal día, es que para que nuestros hijos estén bien, las madres también debemos estarlo. Al sentirnos descansadas y felices podemos ejercer de mejor manera nuestro papel. Así que en lugar de sentirte mal por querer tener tu "tiempo para mamá", te comparto por qué el desear tiempo a solas no debería ser motivo para sentir culpa.
Porque nos ayuda a ser mejores madres
Al tener un tiempo y un espacio para nosotras, no sólo nos mimamos, sino que además soltamos todo ese estrés o presión que tenemos acumulado. Piensa en la satisfacción que te da hacer algo que te gusta. Inmediatamente te sientes mejor, más feliz, más ligera, más positiva. Ese sentimiento de felicidad es el mismo que le transmites a tus hijos y al estar más contenta contigo misma, sueles ser más paciente y menos reactiva.
Porque es bueno para nuestra salud
¿Te ha pasado que eres la única en casa que al enfermarse continúa su vida como si nada pasara? A veces, al estar tan preocupadas por el bienestar de nuestra familia, podemos olvidarnos un poco de nosotras. Estamos tan enfocadas en eso, que no nos damos cuenta de lo mucho que estamos descuidando nuestra salud hasta que nuestro cuerpo nos pide a gritos un descanso.
Tomar un baño o una siesta hacen maravillas por nosotras y por nuestra salud. Tener un tiempo para ti puede ser justo lo que tu cuerpo necesita. El remedio a ese dolor de espalda y de cabeza o de esa sensación de fatiga, puede ser tan simple como detenerte a tomar un descanso de 30 minutos al día.
Porque es amor propio, no egoísmo
Me ha tocado encontrarme con comentarios de madres que además de la culpa, se sienten egoístas por querer hacer algo para ellas sin sus hijos. Pero no olvidemos que antes de ser madres somos mujeres, y la mujer no desaparece solo porque nacen los hijos. Nutrirnos, cuidarnos y mimarnos es amor propio, es trabajar en nuestra autoestima y querernos mucho.
Es cierto que la maternidad es de las cosas más maravillosas que pueden pasarnos en la vida, que la experiencia hace que el corazón se nos desborde de felicidad y que nos trae alegrías que jamás pensábamos tener. Pero también es agotadora y de vez en cuando, necesitamos un momento a solas, para no olvidar quienes somos. Así que disfruta ese tiempo para ti, sin culpas y con la ilusión de que al terminar esa pausa para nosotras, seguiremos pasando más tiempo con nuestros hijos.
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