El número de deposiciones, así como sus características, es algo que preocupa con frecuencia a los padres y es uno de los motivos más frecuentes de consulta al pediatra. ¿Qué es normal y cuándo debo alarmarme? Al igual que muchas cosas en pediatría, la normalidad en cuanto a las deposiciones también cambia con la edad.
Las deposiciones en el recién nacido
La primera deposición del recién nacido recibe el nombre de meconio. Es una deposición de color negra, viscosa y pegajosa que se encontraba rellenando el intestino del bebé cuando estaba dentro del útero materno. Los recién nacidos suelen expulsar el meconio en las primeras 24-48 horas de vida. Si esto no sucede, el pediatra valorará al bebé para descartar enfermedades.
Posteriormente, se producen deposiciones de transición y entre el tercer y quinto día de vida aparecen las típicas deposiciones del recién nacido. Las deposiciones en el recién nacido varían en función de la alimentación que recibe.
Los bebés alimentados con lactancia materna exclusiva hacen mayor número de deposiciones, casi tras cada toma (6 u 8 deposiciones al día). Se debe al reflejo gastro-cólico: llega la leche al estómago y el intestino se pone a funcionar, haciendo deposición. Este reflejo se va perdiendo conforme el bebé crece. Estas deposiciones de los recién nacidos alimentados con leche materna suelen ser de color mostaza, bastante líquidas y con algunos grumos.
Por el contrario, los bebés que reciben fórmula de inicio hacen menos deposiciones a día (variable entre 1 y 4) y de mayor consistencia, más pastosas. Al igual que las de los bebés que toman leche materna suelen ser de color mostaza, pero en algunos casos son más verdosas o marrones.
Es importante saber que, el color de las deposiciones puede variar y carece en general de importancia, salvo que las deposiciones sean blancas, negras o con sangre, en cuyo caso hay que consultar inmediatamente con el pediatra
Las deposiciones a partir del mes de vida
Hacia las 3-4 semanas de vida, la mayoría de los bebés alimentados con leche materna comienzan a hacer muchas menos deposiciones, espaciándolas cada 2-3 días e incluso cada semana (o más).
Lógicamente estas deposiciones son mucho más abundantes. Si el bebé por lo demás está bien, come con normalidad, tiene una buena curva de crecimiento y las deposiciones son de características normales, no hay por qué preocuparse.
Esto se conoce como "pseudoestreñimiento o estreñimiento fisiológico". Parece que puede deberse a que la leche materna se aprovecha muy bien y genera poco residuo. Tras unas semanas, la mayoría de los bebés vuelven a aumentar el número de deposiciones.
Las deposiciones a partir de los seis meses
Durante los primeros seis meses los bebés toman tan sólo leche, bien leche materna, fórmula de inicio o ambas (lo que llamamos lactancia mixta).
En torno a los seis meses comienzan a tomar otros alimentos, es la alimentación complementaria, y este cambio en la alimentación se ve reflejado también en las deposiciones. Estas comienzan a ser más consistentes, tienen otro color (ya no son siempre amarillo mostaza) y otro olor. No es raro que algunos bebés se estriñan: pasan varios días sin hacer deposición y estas se vuelven duras.
Aunque no está establecido un número "normal" de deposiciones al día o a la semana, algunos autores estiman que durante el periodo de alimentación complementaria los bebés hacen al menos tres deposiciones a la semana.
Por otro lado, en los niños que comienzan la alimentación complementaria con sólidos (método Baby-Led-Weaning) es frecuente observar trozos de comida en las deposiciones.
Las deposiciones a partir del año de vida
A partir de los 12 meses de edad, los niños pueden comer prácticamente lo mismo que el resto de la familia. Así, las deposiciones a partir de esta edad se asemejarán a las de los niños mayores y los adultos. No existe un número de deposiciones que consideremos normal, aunque hay autores que hablan de 2 o 3 a la semana como mínimo: los menores de 4 años suelen realizar al menos 3 deposiciones a la semana y los mayores de 4 al menos 2 a la semana.
A partir del año de edad los niños pueden tomar leche de vaca. Este cambio de fórmula (o leche materna) a leche de vaca puede ocasionar estreñimiento. Si la introducción de la leche de vaca se realiza antes de los 12 meses de vida, la prevalencia de estreñimiento es mayor. Otro momento en esta etapa en el que es frecuente que los niños sufran este problema es cuando se quitan el pañal. Por eso es fundamental que no retiremos el pañal hasta que los niños estén preparados para ello. Retirar el pañal antes de los 24 meses se asocia con estreñimiento a los 2 años y que perdura al menos hasta los 4 años.
Además del número de deposiciones, para hablar de estreñimiento es fundamental considerar la consistencia y la dificultad en la defecación. Así, un niño que realiza deposiciones duras con esfuerzo cada 2 días debe ser considerado como estreñimiento, mientras que otro que realice deposición cada 3 días, de consistencia blanda y sin esfuerzo no tendrá ningún problema.
Disquecia del lactante
Mencionar aquí una situación relativamente frecuente en los lactantes menores de 6-9 meses (suelen empezar entre las 2 y las 8 semanas de vida) conocida como disquecia del lactante.
Son bebés que hacen esfuerzo intentando defecar durante 10-20 minutos varias veces al día. Cuando finalmente consiguen hacer deposición, de trata de una deposición de características normales.
Este "problema" se debe a que no saben abrir el año cuando tienen el "retortijón" y hacen fuerza cuando el esfínter anal está cerrado. Cuando el esfínter anal se abre, la deposición sale sin dificultad. Estos bebés no tienen estreñimiento; estos episodios suelen resolverse en unas semanas y no requiere ningún tratamiento.
En cuanto al número "máximo" de deposiciones al día, tampoco está definido. Hay niños que hacen varias deposiciones al día y otros, como hemos comentado, dos o tres a la semana. Además del número de deposiciones, es importante que la consistencia y las características de las mismas sean normales. Cuando hay una disminución de la consistencia y/o un aumento del número de deposiciones, hablamos de diarrea.
Cuándo consultar con el pediatra
Como hemos visto, existe gran variabilidad en las deposiciones, tanto en color, como en número o consistencia. Esto depende tanto de la edad como de la alimentación del bebé. Pero aunque la mayoría de estas variaciones se consideran normales, hay algunos casos en los que sí debemos consultar con el pediatra:
- Si el recién nacido no ha expulsado el meconio pasadas 48 horas de vida.
- Si las deposiciones son de color negro (excluyendo el meconio), ya que puede indicar presencia de sangre en las heces.
- Si las deposiciones son blancas; podemos estar ante un problema hepático y debemos consultar cuanto antes. En el siguiente artículo se puede ver una tarjeta colorimétrica visual en la que los padres pueden comparar las deposiciones de su bebé entre los 7 y los 30 días de vida con los de la tarjeta, para detectar posibles alteraciones.
- Si las deposiciones tienen hilos de sangre.
- Si realiza deposición con poca frecuencia y estas son duras o tiene que hacer mucho esfuerzo para hacerlas. En este caso puede tratarse de un estreñimiento. Los recién nacidos amamantados que no realizan deposición a diario durante las primeras 2-3 semanas de vida deben ser valorados, pues puede indicar que no están comiendo suficiente.
Por otro lado, hemos visto que es frecuente que los bebés amamantados espacian mucho sus deposiciones hacia las 3-4 semanas de vida, pudiendo hacer incluso una deposición a la semana! Si ellos están bien, comen con normalidad y la deposición que realizan es de consistencia blanda, sin necesidad de esfuerzo para expulsarla, no debemos hacer nada; se trata del pseudoestreñimiento o estreñimiento fisiológico.
También recordar la disquecia del lactante: bebés que hacen fuerza durante varios minutos varias veces al día para hacer deposición, pero que cuando finalmente la realizan es blanda y sale sin esfuerzo.
- Si aumenta el número de deposiciones y/o disminuye la consistencia. Hablaremos de diarrea en este caso. La diarrea puede ser difícil de valorar en recién nacidos amamantados ya que sus deposiciones son líquidas o semilíquidas de manera habitual, y bastante numerosas. Sin embargo, cuando un lactante comienza a hacer más deposiciones de lo habitual, más abundantes, líquidas y con mal olor, debemos consultar. En estos casos hay que estar atentos a signos de deshidratación: que hagan poco pis, que estén muy irritables o decaídos o que lloren sin lágrima.
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