A todos los niños les gusta meterse objetos en la boca; para ellos es una manera natural de conocer y explorar el mundo que los rodea. Por tal motivo, debemos ser muy cuidadosos.
El cuarto de baño es uno de los lugares de la casa en el que debemos poner especial atención, pues allí guardamos muchos productos que pueden resultar tóxicos para nuestros hijos: medicamentos, pastas de dientes, champú, jabón y otros productos de uso frecuente, como cremas o cosméticos.
La intoxicación causada por la ingestión de jabón es bastante frecuente. Aunque la mayoría de los jabones en barra y champús líquidos se consideran relativamente atóxicos, su consumición determina riesgos.
Si encuentras a tu hijo con espuma de jabón en la boca o con alguna botella de champú abierta o vacía puede que se haya intoxicado. Mantén la calma y actúa de inmediato. Primero, aleja el envase o los restos de jabón. Si el niño está en edad, haz que escupa. No intentes quitar los restos con tus dedos pues puedes lastimarlo. Conserva los restos del tóxico (incluyendo el envase) o alguna otra evidencia que pueda determinar cuánta cantidad ha ingerido y de qué tipo.
A continuación, y mientras llamas al servicio de emergencia, ponte alerta si se presentan los siguientes síntomas: náuseas, vómitos o el indicio de enrojecimiento o irritación local. No hagas vomitar a tu hijo, pues esto puede provocar mayor daño.
Aún cuando tu hijo no presente ninguno de los síntomas anteriores, llama al pediatra o al número de emergencia. Debes tener a mano la siguiente información: edad, peso y condición médica de tu hijo; el nombre del producto que ihttps://www.bebesymas.com/2005/11/15-que-hacer-ante-una-intoxica.phpngirió y, si se conoce, los componentes y la potencia del mismo (toda esta información está en la etiqueta del envase); la hora en que tomó el jabón o cuándo lo encontraste y la cantidad aproximada; si tu hijo está tomando o tomó algún medicamento, es conveniente que des toda la información que viene en la etiqueta, incluyendo el nombre de la sustancia activa.
El médico te indicará si es necesario llevar al niño al centro de salud. Allí, los especialistas tratarán los síntomas de tu hijo. Por lo general, se logra la recuperación.
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