Durante el primer año de vida del bebé, hay que cuidar mucho su salud, ya que es muy propenso a sufrir enfermedades respiratorias infecciosas, una de las más importantes es la bronquiolitis. Esta enfermedad afecta especialmente a los bebés prematuros, puede dejar secuelas y además es muy contagiosa.
La bronquilitis es una infección de los bronquios y de todo el tracto respiratorio, la suele causar un virus (virus sincitial respiratorio) y se propaga por contacto con las secreciones de alguien que está infectado y que haya tocado al bebé, sus juguetes u otros objetos, que luego el niño toca y se contagia al tocarse los ojos o la nariz. Por esta razón, se extiende a veces entre familias, guarderías o salas de hospitales.
El virus siempre va acompañado con el frío, suele aparecer entre los meses de noviembre y febrero. Sus síntomas son un ligero resfriado en la mayoría de adultos y niños, pero en los lactantes, estos virus se pueden desarrollar con facilidad y dar lugar a una bronquiolitis. Esta infección inflama los bronquios, impidiendo que el aire entre correctamente y sobre todo, que salga. Nos da la apariencia de que tiene asma. Sus síntomas empiezan con un catarro en las vías altas, tos ligera y a veces fiebre.
Cuando pasan un par de días, ves que en el bebé aumenta la tos y la respiración se le acelera. Es muy grave hasta los seis meses y puede dejarles secuelas a los menores de tres meses, los bebés prematuros suelen necesitar incluso hospitalización.
Un consejo es, que si el bebé sufre los síntomas de un catarro y no ha cumplido aún los tres meses, o ves que tiene fiebre acompañada de dificultad respiratoria más de tres días seguidos, llévale cuanto antes al pediatra o al servicio de urgencias del hospital.
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