La esquizofrenia infantil: factores de riesgo y síntomas
Salud infantil

La esquizofrenia infantil: factores de riesgo y síntomas

La esquizofrenia es una enfermedad crónica compleja, caracterizada por la presencia de síntomas diversos, en diferente grado a lo largo del transcurso de la enfermedad y que puede llevar al deterioro si no se trata. En las etapas infantiles la esquizofrenia no es muy frecuente, se encuentra en un estado inicial que se manifiesta plenamente en la edad adulta.

No obstante, la esquizofrenia infantil se estudia y se trata como una de las ramas de la Psiquiatría de la infancia y la adolescencia, junto a otros trastornos mentales. Veamos cuáles son los síntomas de la esquizofrenia infantil, que en cualquier caso requiere de un diagnóstico clínico, así como los factores de riesgo de padecer esta enfermedad.

La esquizofrenia es un desorden cerebral que deteriora la capacidad de las personas para elaborar sus pensamientos, dominar sus emociones, tomar decisiones y relacionarse con los demás, aunque la enfermedad no afecta por igual a quienes la padecen.

En general, puede decirse que la enfermedad implica delirios, alucinaciones o habla desorganizada, y refleja una capacidad deficiente de vivir normalmente, por lo que puede resultar incapacitante.

De niños, a veces los síntomas de la esquizofrenia se confunden con otros trastornos, relacionados con la depresión o alteraciones de la conducta (al mostrar retraimiento, agresividad...). Por ello y porque puede ocurrir un deterioro de los síntomas, es importante el diagnóstico clínico por parte de un especialista, como veremos.

A pesar de todo, los signos de la esquizofrenia generalmente comienzan entre los 25 y los 30 años de edad. Y aunque no es común que a un niño se le diagnostique esquizofrenia, puede ocurrir antes de los 18 años. En niños menores de 13 años de edad el diagnóstico es excepcional. En los niños más pequeños no se pueden dar todos los síntomas psicopatológicos por la inmadurez cognitiva que presentan.

Factores de riesgo de esquizofrenia infantil

Esquizofrenia en niños

Según la Asociación Española de Psiquiatría del Niño y el Adolescente (AEPNYA), la prevalencia de esquizofrenia en la población infanto-juvenil es de 0,23%, con una incidencia de 1,4-2/10.000, aunque no existen datos en población española. En la población adulta la prevalencia es del 1%.

Hay algunas situaciones de riesgo de esquizofrenia, entre las que destacan los antecedentes familiares:

  • Antecedentes familiares de esquizofrenia. Hay estudios epidemiológicos que señalan que entre un 12-15% de los hijos de un progenitor esquizofrénico tienen la enfermedad, elevándose a alrededor del 45% cuando los dos padres son esquizofrénicos.
  • En cuanto a los hermanos de los pacientes, la probabilidad de presentar esquizofrenia es del 10%, llegando hasta el 46% en el caso de los gemelos monozigóticos.
  • Complicaciones obstétricas, sobre todo la hipoxia.
  • Infecciones y malnutrición en el embarazo.
  • Retraso en el desarrollo psicomotor.
  • Trastorno de la coordinación motora y trastorno del habla.
  • Dificultades en la adaptación social.
  • El consumo de cannabis podría ser un factor de riesgo en la aparición de esquizofrenia, a pesar de la controversia que existe en torno a los posibles efectos que puede ocasionar esta droga blanda, según señaló la Asociación de Pediatría de Atención Primaria (AEPap) con motivo del Noveno Curso de actualización en Pediatría de Atención Primaria.

Hay que tener en cuenta que algunos signos relacionados con esquizofrenia a edades tempranas como retraso en el habla, gateo tardío o atípico, retraso para caminar y otros comportamientos motores anormales, como balancearse o agitar el brazo, coinciden con trastornos del desarrollo o del espectro autista, por lo que hay que ser muy cuidadosos en el diagnóstico y descartar posibilidades.

Como vemos, la población de hijos y hermanos de pacientes esquizofrénicos se considera de alto riesgo genético de padecer la enfermedad y tendrá un seguimiento especial. Pero, ¿cómo saber si un niño tiene síntomas de esquizofrenia?

Síntomas de esquizofrenia infantil

Síntomas esquizofrenia infantil

La esquizofrenia es una enfermedad que causa pensamientos y sentimientos extraños, así como un comportamiento poco usual. Como hemos señalado al principio, es una enfermedad psiquiátrica poco común en los niños y es muy difícil de reconocer en sus primeras etapas. Además, el comportamiento de los infantes y adolescentes con esquizofrenia puede ser distinto al del de los adultos con dicha enfermedad.

Aunque la causa de la esquizofrenia se desconoce, hay estudios actuales que sugieren que pueden tener un papel determinados cambios en el cerebro y factores bio-químicos, genéticos y del entorno.

Según la Academia Americana de Psiquiatría Infantil y Adolescente (American Academy of Child and Adolescent Psychiatry), los psiquiatras buscan las siguientes señales de alerta tempranas en los jóvenes con esquizofrenia:

  • Ver cosas y oír voces que no son reales (alucinaciones)
  • Comportamiento y/o lenguaje extraño o excéntrico
  • Ideas y pensamientos poco usuales y raros
  • Creencias no basadas en la realidad (delirios)
  • Confusión en la forma de pensar
  • Humor cambiante en lo extremo
  • Ideas de que "lo están persiguiendo" o están hablando de él
  • Comportarse como un niño de menor edad
  • Ansiedad severa y temerosidad
  • Confusión de la televisión y los sueños con la realidad
  • Problemas haciendo y reteniendo amistades
  • Retraimiento y aumento en aislamiento
  • Disminución en la higiene personal

El comportamiento de los niños con esquizofrenia puede cambiar lentamente con el paso del tiempo y hay que estar atentos a esos cambios. Por ejemplo, niños que disfrutaban relacionándose con otros pueden comenzar a mostrarse tímidos y retraídos. Muchos niños empiezan a hablar de miedos e ideas extrañas y comportarse como si vivieran en su propio mundo.

La esquizofrenia es una enfermedad psiquiátrica crónica muy grave y es fundamental el diagnóstico y tratamiento médico a tiempo. Se trata de una enfermedad para toda la vida que puede ser controlada, pero no curada. Si un niño presenta los problemas y síntomas enumerados anteriormente se le debe hacer una evaluación integral por parte de un especialista formado y acostumbrado a tratar con esta enfermedad.

Los síntomas psicóticos en niños no suelen ser de esquizofrenia. Por ello, para el diagnóstico clínico se realizarán exploraciones complementarias analíticas (incluyendo tiroides, cobre y ceruloplasmina...) para diferenciar de otras enfermedades (epilepsias, tumores, lupus, encefalitis...).

Si se confirma el diagnóstico, por lo general estos niños con esquizofrenia necesitarán planes de tratamiento multidisciplinar y una combinación de medicamentos y terapia individual, terapia familiar y programas especializados (escuelas, actividades, etc.). Hay fármacos antipsicóticos que pueden ayudar a tratar muchos síntomas de la esquizofrenia, pero deben ser controlados bajo estricta supervisión médica.

Solo en casos extremos en la manifestación de la esquizofrenia (periodos de crisis, peligro de autolesión, episodios de agresividad extrema...) se necesitará ingreso hospitalario del niño.

Hay que tener en cuenta que todos los medicamentos antipsicóticos tienen efectos secundarios y posibles riesgos para la salud, algunos muy importantes. Además, estos efectos secundarios en los niños y adolescentes pueden no ser iguales que en los adultos, por lo que hay que estar muy seguros en la adscripción y atentos a su efecto.

En algunos casos puede ser útil la psicoterapia con un profesional de salud mental, tanto terapia individual como familiar, para ayudar al niño a aprender maneras de lidiar con el estrés y los retos de la vida diaria causados por la esquizofrenia, aprender a comunicarse mejor con el niño y él con los demás...

Cómo se diagnostica la esquizofrenia en el niño

Según la CIE-10 vigente (Clasificación internacional de enfermedades, décima versión), estos son los criterios para diagnosticar esquizofrenia, siempre por parte del profesional médico:

  1. Eco, robo, inserción o difusión del pensamiento.
  2. Ideas delirantes de control, influencia o pasividad, o ideas delirantes extrañas de otro tipo y percepción delirante.
  3. Alucinaciones auditivas que comentan la conducta del paciente, que discuten entre ellas o con un significado similar.
  4. Ideas delirantes persistentes de otro tipo que no son adecuadas a la cultura del individuo o que son completamente imposibles, como las de identidad religiosa (...)
  5. Alucinaciones persistentes de cualquier modalidad, cuando se acompañan de ideas delirantes no estructuradas y fugaces sin contenido afectivo claro, o ideas sobrevaloradas persistentes, o cuando se presentan a diario durante semanas, meses o permanentemente.
  6. Interpolaciones o bloqueos en el curso del pensamiento, que dan lugar a un lenguaje divagatorio, disgregado, incoherente o lleno de neologismos.
  7. Manifestaciones catatónicas, como excitación, posturas características o flexibilidad cérea, negativismo, mutismo, estupor.
  8. Síntomas "negativos" como apatía marcada, empobrecimiento del lenguaje, embotamiento o incongruencia afectiva. Ha de quedar claro que estos síntomas no se deban a depresión o a medicación neuroléptica. 9. Un cambio consistente y significativo de la cualidad general de algunos aspectos de la conducta personal, que se manifiestan como pérdida de interés, falta de objetivos, ociosidad y aislamiento social.

Además, se señala que el diagnóstico de esquizofrenia no se tendrá que hacer en presencia de síntomas depresivos o maníacos relevantes, a no ser que los síntomas esquizofrénicos claramente se iniciasen antes del trastorno afectivo. Tampoco se tendría que diagnosticar esquizofrenia en presencia de una enfermedad cerebral manifiesta o durante una intoxicación por sustancias psicotrópicas o una abstinencia de las mismas.

Trastorno esquizoide y esquizofrenia

Terminamos estableciendo la distinción entre el trastorno esquizoide, que se incluye en la clasificación de los trastornos generalizados del desarrollo y la esquizofrenia.

El trastorno esquizoide dificulta la capacidad para relacionarse con los demás, ocasionando pensamientos extraños, preocupación y miedo excesivos, aislamiento... Pero no hay desconexión de la realidad, ya que no existe dificultad para distinguir las experiencias reales de las fantasías. Se puede tratar mediante psicoterapia, mientras que para la esquizofrenia el tratamiento es farmacológico.

Como siempre, será el especialista médico el que determine el alcance de la enfermedad del niño al hilo de los síntomas observados, haciendo las pruebas y el seguimiento necesarios, y confirme o no el diagnóstico de esquizofrenia.

Fotos | iStock
Más información | AEPED, Guía Psicología, Potocolos Clínicos AEPNYA (pdf.)
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