El exantema súbito, también llamado roséola infantil o sexta enfermedad suele darse la mayoría de las veces (un 90 por ciento) en bebés de hasta dos años de edad. Suele ser bastante desconcertante y aunque es una infección benigna, preocupa mucho a los padres.
Por qué se llama sexta enfermedad
Se la suele llamar sexta enfermedad por el hecho de que se localizó después que las otras cinco enfermedades exantemáticas más conocidas: el sarampión, la escarlatina, la rubéola, la varicela, y el megaloeritema. Científicamente es llamada exantema súbito o roséola infantil. También se la conoce como "la fiebre de tres días".
Es una erupción de la piel producida casi siempre por el virus del herpes, concretamente el 6 (HHV-6), y el 7 con menos frecuencia.
Cuáles son sus síntomas
El bebé comienza presentando repentinamente fiebre muy alta, de más de 39 grados, sin causa aparente durante tres días. El aspecto del niño es normal, y la temperatura no altera su estado de ánimo general más allá de la típica molestia de la fiebre.
El niño puede presentar irritabilidad, congestión nasal, enrojecimiento faríngeo, de los tímpanos, de las conjuntivas y aumento de tamaño de los ganglios de la nuca.
A las 48 o 72 horas desaparece la fiebre y aparece una erupción cutánea rosada que comienza por el tórax y se extiende a la cara y casi nada a las piernas y brazos. Dura un par de días, no escuece y al presionar la piel con el dedo las manchas desaparecen.
Cómo se contagia el exantema súbito
Es muy difícil identificar la fuente del contagio, pero generalmente es otro niño con la misma enfermedad.
La pediatra Miryam Triana nos explica que la transmisión es a través del contacto con secreciones respiratorias y saliva, tanto de niños con la infección como de otros que tengan el virus pero estén asintomáticos, ya que tras la infección el virus se queda en el organismo latente y se sigue eliminando.
Se incuba entre 5 y 15 días antes de empezar los síntomas. No es una enfermedad grave ni deja secuelas de ningún tipo. Tras la infección se crean defensas que impiden que vuelva a pasarse, aunque el virus podría reactivarse especialmente en inmunodeprimidos.
Si tu bebé presenta estos síntomas, acude al médico puesto que aunque es benigna, al comienzo no es distinguible la enfermedad y cuando hay fiebre alta conviene siempre consultar, especialmente si es menor de seis meses.
La enfermedad no tiene tratamiento específico. Sólo administrar antitérmicos combinado con otras medidas para bajar la fiebre si fuera necesario. Puede que se encuentre algo molesto, así que la mejor medicina son muchos mimos.
Para prevenir, las mismas medidas que para prevenir cualquier tipo de infección, y principalmente insistir en el lavado frecuente de las manos para evitar contagios.
Más información | Asociación Española de Pediatría