La vacuna de la tos ferina: todo lo que hay que saber

La vacuna de la tos ferina: todo lo que hay que saber
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Después de hablar hace unos días de las vacunas del tétanos y de la difteria, seguimos con la serie de entradas en que os explicamos todo lo relacionado con las vacunas infantiles. Hoy vamos a hablar de la vacuna de la tos ferina, que suele ir combinada de otras vacunas como las del tétanos y la difteria.

La vacuna de la tos ferina se administra, en la infancia, en las mismas presentaciones que las dos vacunas mencionadas. A los bebés se les aplica dentro de la vacuna hexavalente, administrada a los 2, 4 y 6 meses, que protege ante seis enfermedades: el tétanos, la difteria, la poliomielitis, la tos ferina o pertussis, el Haemophilus influenzae tipo B y la hepatitis B.

A los 18 meses se administra dentro de la vacuna pentavalente, que sirve para prevenir cinco enfermedades, que son las mismas que la hexavalente pero sin la dosis de hepatitis B.

Luego, a los 4 a 6 años, se administra dentro de la vacuna trivalente, junto al tétanos y la difteria.

A partir de esa edad se deja de administrar (al menos en mi ciudad no se administra más), pero debido a que en los últimos años los casos de tos ferina están aumentando de manera alarmante, desde la AEP llevan unos años recomendando que sea la vacuna trivalente, la de los 4 a 6 años, la que se administre también a los 11-12 años (en mi ciudad se administra a los 13-14), como recuerdo del tétanos, difteria y tos ferina, en vez de la Td (tétanos y difteria) habitual.

Además, dentro de poco aquí en Cataluña se empezará a administrar esta misma vacuna, la DTPa (Difteria, Tétanos y Tos ferina acelular), a las mujeres embarazadas, con el fin de prevenir la enfermedad en los bebés, que no reciben la primera vacuna de la tos ferina hasta los dos meses de edad. En España imagino que no tardarán mucho en hacerlo, pues es una medida que se ha visto útil en EE.UU. y Reino Unido.

Qué es la tos ferina

La tos ferina es una enfermedad respiratoria que cursa como un simple resfriado. Algo así como ver que el niño tiene tos y mocos. Sin embargo, una vez pasan unos días, la tos permanece durante semanas, en accesos de tos irremediables que provocan dificultad respiratoria y que pueden acabar en vómito (por irritación de la garganta, de tanto toser).

Es una enfermedad contagiosa provocada por la bacteria Bordetella pertussis que se contagia por vía respiratoria, por las gotitas respiratorias exhaladas al respirar y hablar y por el contacto por las manos.

Es muy molesta en los mayores, pero lo es más en los niños, que son los que más la sufren y los que más sufren por ella. En ellos es especialmente peligrosa y puede provocar insuficiencia respiratoria y cianosis (piel azulada por falta de oxígeno), siendo necesario ingreso hospitalario en algunas ocasiones y llegando a ser mortal en otras.

Cómo prevenir la enfermedad

La vacuna de la tos ferina es efectiva para prevenir la enfermedad, sin embargo tiene una protección muy corta en el tiempo y por eso es necesario ir revacunando a los niños cada cierto tiempo. Como he comentado, ahora se administra también en los adolescentes (para que no cojan la enfermedad y hagan de vehículo de la misma) y a las embarazadas.

Como comenté hace unos días en la entrada en que explicaba el tema de la vacuna durante el embarazo, una posible solución para prevenir la enfermedad es vacunar a la madre, al padre y a los abuelos, para evitar que el bebé coja la tos ferina. Sin embargo, se ha visto que es más efectivo y económico vacunar a la mujer embarazada, antes de que el bebé nazca.

Además, al ser una enfermedad respiratoria, se previene con higiene y con los tan recomendables lavados de manos para evitar contagios.

¿Tiene tratamiento la tos ferina?

Sí, pero no. Los antibióticos pueden ayudar a controlar la enfermedad si se inician enseguida. El problema es que, como los primeros síntomas son los mismos que un resfriado normal, el diagnóstico suele ser tardío, cuando la tos ya es persistente. Para entonces los antibióticos son menos efectivos, pero se suelen recetar igualmente porque ayudan a evitar que el niño pueda contagiar a otros niños.

En ocasiones, si la tos es muy fuerte y el niño deja de respirar se pueden recetar sedantes. Provocan sueño, pero limitan los accesos de tos.

Los jarabes para la tos no suelen servir, así que no se recomienda su uso.

¿Dónde se pone la vacuna?

Vacuna de la tos ferina 2

A los bebés, es decir, cuando se les pone a los 2, 4 y 6 meses, se les administra vía intramuscular (dentro del músculo) en la pierna. En el cuádriceps, para ser más exactos. Antiguamente se administraba en la nalga, pero se ha visto que la absorción es peor, siendo de elección músculos como el deltoides (en el hombro, pero no recomendable en bebés) y el cuádriceps.

Efectos secundarios de la vacuna de la tos ferina

La vacuna de la tos ferina, al ir unida de otras vacunas, puede producir efectos secundarios derivados de la tos ferina, pero también de las vacunas que le acompaña. La dosis de la tos ferina administrada puede producir calor, enrojecimiento y sensibilidad en la zona en casi la mitad de los niños que la reciben. Además, puede provocar fiebre e irritabilidad.

La porción de tétanos de la vacuna puede producir dolor e hinchazón de la zona de inyección, y a veces una erupción que suele desaparecer a las 24 horas. La de difteria puede tener los mismos efectos secundarios que la del tétanos.

Cuando se acompaña de la hepatitis B, puede producirse intranquilidad, y si se acompaña de Haemophilus influenza tipo B puede dar algo de fiebre. Aunque en general, toda vacuna puede acompañarse de fiebre.

Se ha reconocido la ocurrencia de inflamación cerebral tras la vacuna, pero la incidencia es muy baja (1 de cada 110.000 casos) y no se sabe si se trata de una reacción a la vacuna o si es provocada por otras sustancias o infecciones.

Qué niños no deben recibir la vacuna de la tos ferina

En caso de que un niño haya sufrido una convulsión antes de recibir la vacuna de la tos ferina la administración de la vacuna debería retrasarse hasta que se conozca la causa de la convulsión y hayan pasado al menos seis meses sin que haya sufrido otro episodio de convulsión. Si se sospecha que el niño tiene una enfermedad progresiva del sistema nervioso la vacuna puede llegar a contraindicarse.

También se contraindica en caso de que la vacuna haya producido efectos secundarios serios, como fiebre alta (por encima de 40,5ºC), convulsiones, llanto agudo o pérdida de conocimiento.

¿Tiene relación con el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante?

Como ya explicamos en las anteriores entradas, se dice que la vacuna de la difteria y el tétanos, combinada con las otras vacunas, podría estar relacionada con el Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL). Sin embargo, no existe evidencia científica que demuestra que haya relación entre una cosa y otra. El mito sigue vivo porque la primera dosis se administra a los dos meses, cuando el riesgo de SMSL es muy elevado.

Fotos | Tom & Katrien, Carlos Reusser Monsalvez en Flickr Más información | Medline Plus, VacunasAEP En Bebés y más | 180.000 niños mueren cada año a causa del tétanos neonatal, “Las vacunas son muy eficaces para prevenir las enfermedades”. Entrevista a Carlos González (I) y (II), Diez cosas que debemos saber sobre las vacunas

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