En el mundo cada año mueren vícitimas de diarrea alrededor de dos millones de niños, según un estudio elaborado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos. Sin embargo, según los especialistas, esta cifra podría reducirse a la mitad tomando una medida muy simple: lavarse regularmente las manos con agua y jabón.
Los investigadores llegaron a esta conclusión luego de implementar este sistema en un asentamiento en Karachi, Pakistán. Una vez por semana y durante un año visitaron las casas de la zona distribuyendo jabón y animando a padres y niños a que se higienizaran regularmente. Observaron que la incidencia de la diarrea se reducía en un 53% en los menores de 15 años.
Según los consejos de este organismo, la limpieza de manos es fundamental antes de preparar y consumir alimentos, después de ir al baño o de higienizar a un niño que haya ido, luego de tocar animales y de manipular basura, antes y después de atender a alguien cercano que esté enfermo y, por supuesto, siempre que estén sucias.
Los especialistas también nos indican cómo hacerlo: hay que mojarse las manos con agua limpia (caliente si está disponible), aplicar jabón y frotarlas vigorosamente durante 20 segundos; también es importante no dejar pasar por entre los dedos y bajo las uñas, enjuagarlas bien, así como secarlas con una toalla limpia, preferentemente de papel.
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