Vivimos rodeados de humos, de sustancias tóxicas, de coches circulando junto a nuestros hogares... La contaminación produce una alteración negativa del estado natural del medio, y afecta a las personas. Es un hecho probado que los ancianos y los niños son más vulnerables a la contaminación atmosférica.
Nuevos estudios realizados en España confirman la relación entre las partículas en suspensión PM2,5 (llamadas así por medir menos de 2,5 micras de diámetro) y los efectos adversos que provocan en la salud, especialmente de niños y ancianos.
Las partículas en suspensión incluyen un amplio espectro de sustancias orgánicas o inorgánicas, dispersas en el aire, procedentes de fuentes naturales y artificiales.
En relación con sus efectos sobre la salud, las PM2.5 (partículas “respirables” menores de 2.5μm) pueden penetrar hasta las zonas de intercambio de gases del pulmón. Provienen en casi un 90% del tráfico que emiten los coches (los motores diésel, seis veces más que los de gasolina).
El equipo de investigadores del Instituto de Salud Carlos III de Madrid ha demostrado en dos artículos recientes una relación estadística clara entre las altas concentraciones de este contaminante y los ingresos hospitalarios en Madrid capital.
Los autores incluyeron datos de otros contaminantes atmosféricos (dióxido de nitrógeno, ozono, partículas PM10...), la contaminación acústica, el polen de diversas especies, variables meteorológicas... El trabajo concluye que las PM2,5 son el único contaminante primario que aparece relacionado con los ingresos hospitalarios.
Las concentraciones de estas partículas producen importantes efectos en la salud de la población infantil: la contaminación suele producir inflamación de la vía aérea y como los niños tienen las vías más pequeñas, más estrechas, una inflamación las obstruye con más facilidad. En el caso de los niños asmáticos, los problemas e ingresos se producen con mayor facilidad.
El problema es que en las ciudades muchas veces se superan las recomendaciones máximas de niveles de contaminantes, en una situación que no parece ir a menos sino, por el contrario, aumentar cada vez más.
Ya vimos que vivir cerca de una autopista podía dificultar el desarrollo pulmonar de los niños y un estudio de la Organización Mundial de la Salud (2004) afirma que la exposición a las partículas en suspensión es la causa de la muerte prematura de 13.000 niños de entre uno y cuatro años de edad, cada año.
Hemos de ser conscientes de los riesgos para la salud de la exposición a agentes contaminantes de los cuales, por desgracia, estamos rodeados en las ciudades y en muchos hogares, y especialmente para los niños, que son más vulnerables a la contaminación ya que sus sistema respiratorio está inmaduro.
Vía | El País Más información | Ecologistas en acción En Bebés y más | El 34% de los niños chinos tienen un nivel de plomo en sangre excesivamente elevado, ¿La contaminación afecta a la inteligencia de los niños?