"Mi hijo habla dormido": qué es la somniloquia y cómo afecta este trastorno del sueño a los niños

"Mi hijo habla dormido": qué es la somniloquia y cómo afecta este trastorno del sueño a los niños
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¿Te has despertado alguna noche al escuchar a tu hijo hablar de madrugada, has ido a su habitación y has comprobado que seguía dormido? ¿Tu pareja te ha comentado en más de una ocasión que balbuceabas mientras duermes? Este trastorno del sueño se llama somniloquia y se estima que entre el 50% y el 80% de los niños habla alguna vez en alto durante la noche.

Pero aunque a simple vista estas conductas puedan alarmarte no hay que asustarse: no es una enfermedad ni reviste gravedad y suele desaparecer, en la mayoría de los casos, a partir de los seis años. Así lo explica a Bebés y Más, Gonzalo Pin Arboledas, jefe del Servicio de Pediatría y la Unidad del Sueño del Hospital Quirón de Valencia.

Un trastorno del sueño que no es peligroso

“Hablar dormido” es una de las llamadas parasomnias, movimientos y comportamientos de naturaleza involuntaria que ocurren durante el sueño. Pero, a diferencia de otras como el insomnio o el sonambulismo, "puede aparecer en cualquier fase del sueño, y no solo en la fase REM, como los otros". Y es que no se conocen las causas que lo originan, aunque sí está demostrado su componente genético.

Señala el experto en sueño que, aunque en principio puede asustar a los padres, no se trata de una enfermedad ni es peligroso: suele dar la cara al comienzo de la etapa escolar, y desaparecer dos o tres años más tarde, aunque puede continuar más tiempo. En algunos casos, continúa también más adelante: entre un 5 y un 10 por ciento de los adultos siguen padeciendo somniloquias.

Tampoco tiene nada que ver con las pesadillas nocturnas, "por lo que los padres deben estar tranquilos y no pensar que esta parasomnia está provocada por algún problema en el colegio o los estudios".

"Puede ser que durante el sueño el niño reproduzca conversaciones o situaciones cotidianas, o que han vivido durante ese día en concreto y, dependiendo de las emociones que han despertado en él, puede mostrar más o menos intensidad. Pero, la mayoría de las veces solo emite balbuceos o sonidos ininteligibles, y es difícil que se despierte mientras habla".

"El niño no suele recordar nada por la mañana y, por su ausencia de efectos negativos, no es necesario despertarlo ni tampoco hacerle preguntas mientras habla en sueños para asegurarnos de que está bien".

Cómo deben actuar los padres

Sueno Infantil

La evolución habitual en los casos comunes de somniloquia requiere de paciencia mientras se van cumpliendo años. Es bueno que los padres o familiares que ya hayan pasado por estas situaciones se lo expliquen para hacer más llevadera esta etapa.

Pero, como no es un patología, no requiere un tratamiento específico. El jefe del Servicio de Pediatría y la Unidad del Sueño del Hospital Quirón de Valencia, explica que en todos sus años de profesión nunca ha sido necesario tratar a ningún niño con somnoloquia.

"La calidad del sueño no solo nos lo da la forma en qué duerme el niño, sino los cambios que se producen en su vida diurna, como la pérdida de apetito, miedo, regresiones...".

Solo en el caso de que se sienta avergonzado por lo que pueda decir o que le asuste, por ejemplo, ir a dormir a casa de algún amigo por si le escuchan y qué puedan opinar, es aconsejable consultar, pero matiza que "no como un trastorno de sueño, sino como apoyo psicológico para saber que afecta a su autoestima".

Gonzalo Pin asegura que lo mejor que pueden hacer los padres es hablar del tema con calma, tranquilizarlos, y promover hábitos de sueño saludables:

  • Regularidad en las rutinas de sueño y las horas de sueño; es decir, que la diferencia entre el descanso de lunes a viernes y los fines de semana no sea superior a dos horas.

  • Procurar que la cena tenga lugar al menos dos horas antes de ir a la cama, para que su descanso sea más tranquilo.

  • Posibilitar que duerma las horas que necesita, según su edad.

  • Evitar el uso de las pantallas una hora y media antes de cerrar los ojos, para evitar que la luz blanca que emiten estos aparatos y que confunden al organismo, haciéndole creer que es de día.

Pero de todos los consejos posibles para ayudarle, Gonzalo Pin insiste en que el mensaje más importante es hablar con nuestros hijos sobre el tema con tranquilidad:

"Hay que explicarles que no es una enfermedad y que no va a provocarle consecuencias adversas. Los padres podemos ayudarles a establecer unas rutinas saludables de sueño y consultar con el pediatra si estos episodios le causan intranquilidad o lesionan su autoestima".

Fotos | iStock

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