El síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL) es el fallecimiento repentino e inesperado de un bebé menor de un año (lactante), aparentemente sano y en el que no puede encontrarse la causa tras investigar detenidamente el caso. Suele suceder durante el sueño, y es la causa más frecuente de muerte en bebés entre el primer mes y el año de vida en países desarrollados.
A pesar de múltiples investigaciones, no sabemos con certeza por qué se produce, aunque sí están bien estudiados algunos factores de riesgo y factores que pueden ser protectores. Como pediatra, os quiero responder a las preguntas más frecuentes de los padres sobre la muerte súbita del lactante.
1. ¿Cuándo es más frecuente?
Aunque por definición puede suceder a lo largo del primer año de vida, es raro que tenga lugar en las primeras dos semanas de vida ni más allá de los 6 meses de vida. Es más frecuente entre los 2 y los 3 meses de edad. También es más frecuente en los varones y durante los meses fríos y húmedos. Estos episodios suelen tener lugar por la noche, entre las 12 de la noche y las 9 de la mañana.
2. ¿Cuáles son los factores de riesgo del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL)?
Es importante saber que más del 95% de los bebés que fallecen por muerte súbita del lactante están asociados con uno o más factores de riesgo; muchos de éstos se pueden modificar. Dentro de estos factores, tenemos algunos que dependen de la madre, otros del niño y otros del ambiente.
La posición para dormir es el principal factor de riesgo modificable: dormir boca abajo se ha asociado fuertemente con el síndrome de muerte súbita del lactante; de hecho, en los países en los que se realizaron campañas recomendando poner a dormir al bebé boca arriba, los casos de muerte súbita del lactante se redujeron a la mitad. Dormir sobre una superficie blanda, el sobreabrigamiento o el colecho, del que hablaremos más tarde, también se han asociado con mayor riesgo de SMSL.
En cuanto a los factores maternos, el tabaco (tanto si ha fumado durante la gestación como si lo hace tras el nacimiento), la edad de la madre (menor a 20 años), el consumo de drogas (incluido el alcohol) durante la gestación o las complicaciones en el embarazo o el parto se han asociado con mayor riesgo de SMSL.
Dentro de los factores del bebé, pueden suponer un mayor riesgo la prematuridad y/o el bajo peso al nacimiento, tener el antecedente de un hermano que haya sufrido SMSL, la gemelaridad o tener una historia previa de apneas (episodios en los que el bebé deja de respirar).
3. Me preocupa que se le aplane la cabeza o que se atragante por dormir boca arriba. ¿Puede dormir de lado?
Hemos comentado que la posición para dormir boca abajo es el factor modificable más importante. Tras lanzar campañas de prevención aconsejando poner a los bebés a dormir boca arriba, los casos se redujeron a la mitad. Uno de los inconvenientes es que esta posición ha conllevado un aumento de plagiocefalia postural (aplanamiento de la cabeza de los bebés).
Además, a muchos padres les preocupa que puedan atragantarse durmiendo boca arriba. Pues bien, la posición de lado es también un factor de riesgo ya que hay mayor probabilidad de que el niño (especialmente los más pequeños), no puedan mantenerse en esa postura y acaben durmiendo boca abajo. Por ello, la única postura válida para el sueño es boca arriba (salvo que el pediatra, expresamente y debido a alguna patología grave no lo recomiendo). Además, salvo el aplanamiento de la cabeza, no se ha visto ningún otro inconveniente asociado a esta posición.
4. Mi bebé ya se voltea y se pone a dormir boca abajo. ¿Tengo que cambiarle?
La recomendación de evitar dormir boca abajo es para todo el primer año de vida, pero especialmente para los 6 primeros meses (que, recordemos, es cuando es más frecuente el SMSL).
Los bebés comienzan a voltearse desde boca arriba hacia los lados en torno a los 5 meses y más adelante (en torno a los 7) desde boca arriba a boca abajo. A estas edades, la muerte súbita del lactante es muy infrecuente. Nosotros siempre colocaremos al bebé boca arriba pero si se da la vuelta por sí mismo y es capaz de voltearse cómodamente en ambos sentidos, no debemos preocuparnos y no es necesario que volvamos a colocarnos boca arriba.
5. ¿Qué factores son protectores?
La lactancia materna ha demostrado ser un factor protector frente al SMSL, más fuerte aún cuando es exclusiva. El uso del chupete también reduce el riesgo de muerte súbita, por ello puede ser recomendable ofrecerlo para dormir cuando la lactancia ya esté estableceida (a partir de las 2-4 semanas de vida); si cuando el bebé se duerme se le cae, no es necesario volver a dárselo.
Compartir la habitación con el bebé sin compartir la cama también se considera un factor protector; por ello, es recomendable que, los primeros 6-12 meses de edad los bebés duerman en la misma habitación de los padres. Además, es importante que la habitación esté bien aireada y a la temperatura adecuada. Por último, las vacunas también son consideradas un factor protector frente al SMSL.
6. ¿Puedo compartir la cama con mi bebé?
Dormir en la misma cama que el bebé se conoce con el nombre de colecho. Compartir la habitación con el bebé es un factor protector de SMSL; sin embargo, el colecho se ha asociado en algunos estudios con un mayor riesgo de muerte súbita. Esto parece ser aún mayor si el bebé es menor de 3 meses, duermen sobre una superficie blanda (por ejemplo un sofá), la madre es fumadora o se comparte la cama con otros miembros de la familia además de la madre.
Muchos de estos estudios son antiguos y con metodología incierta. Se han publicado otros estudios, como éste en 2014, en el que el colecho, en ausencia de otros factores, no se asoció a un aumento de SMSL. El colecho puede favorecer la lactancia materna, y sabemos que ésta es un factor protector de SMLS.
Dado que la relación del colecho con el SMSL permanece poco clara y que no existe suficiente certeza para determinar el balance entre los beneficios y riesgos del colecho en bebés con lactancia materna, de acuerdo con el comunidado de IHAN-España se deberá informar en estos casos a los padres de la evidencia para que puedan decidir y de cómo realizar un colecho seguro.
Deberán evitar colechar sobre superficies poco seguras (colchones blandos, sofás o sillones o con edredones o almohadas en la cama) o si los padres fuman o toma medicación para dormir, alcohol o drogas.
Además debe evitarse compartir la cama con otras personas que no sean los padres (otros hijos o la pareja de la madre). La Academia Americana de Pediatría no recomienda compartir la cama con el bebé y la Asociación Española de Pediatría, a través de su Comité de lactancia materna, recomienda no hacerlo en menores de 3 meses, prematuros o con bajo peso al nacimiento, además de en las situaciones antes mencionadas (superficies blandas, padres fumadores o que tomen alcohol o drogas o cama multicompartida).
7. ¿Pueden usar almohada? ¿Son útiles los cojines posicionadores?
No es recomendable tener objetos sueltos en la cuna que puedan cubrir la cabeza del pequeño. Los anglosajones hablan de "loosing beeding", traducido como objetos sueltos en la cuna, que han demostrado ser un factor de riesgo para la muerte súbita del lactante, pudiendo incrementar el riesgo hasta cinco veces.
Así que nada de cojines, almohadas, colchas o mantas, peluches ni siquiera protectores de cuna. La Academia Americana de Pediatría inisite en que la cuna debe estar vacía. En cuanto a los rollitos o cojines posicionadores, también entrarían dentro de este grupo de "loosing beeding".
Además, recordemos que durante los primeros seis meses de vida, que es cuando tiene lugar principalmente el SMLS los bebés no suelen ser capaces de voltearse. Y, cuando un bebé al que colocamos boca arriba puede voltearse y quedarse boca abajo, suele ser capaz de voltearse en ambos sentidos sin problema.
8. ¿Hay algún aparato que pueda prevenir la muerta súbita del lactante?
Como hemos dicho, los cojines o almohadas para posicionar al bebé y colchones de superficies especiales no han demostrado reducir el riesgo del SMSL. Tampoco los vigilabebés u otros dispositivos, como aquellos que miden la frecuencia cardiaca y/o la respiración del bebé y prometen reducir la muerte súbita del lactante, están indicados.
Además pueden transmitir una falsa sensación de seguridad y que descuidemos otros aspectos. En casos puntuales de bebés con alto riesgo de muerte súbita del lactante, los padres dispondrán de monitores específicos proporcionados por el personal sanitario y serán instruidos en su manejo.
9. ¿Cómo preparo el dormitorio para que sea un lugar seguro?
Es importante que la habitación en la que vaya a dormir el bebé está bien aireada y tenga una temperatura agradable, en torno a 20-22ºC. Como hemos comentado, es recomendable que al menos los primeros seis meses de vida duerma en la misma habitación que sus padres.
La cuna deberá estar vacía, sin cojines ni almohadas, peluches, edredones o protectores. El colchón deberá ser firme y no deberán quedar huecos libres entre el colchón y el borde de la cuna. Aquellas familias que decidan colechar, deberán informarse para practicar el colecho de manera segura.
10. ¿Es seguro que duerma en su sillita del coche?
Aunque es muy habitual ver bebés que pasean o duermen en la sillita del automóvil, estos dispositivos deberían estar destinados sólo a los viajes, ya que se han asociado con SMSL.
Parece que la posición que tiene el bebé en ellas favorece el reflujo gastroesofágico y puede reducir la oxigenación. Además, su uso inapropiado se ha relacionado con un aumento de accidentes.
11. ¿Cómo prevenir la plagiocefalia, sin que suponga un riesgo para el bebé?
Como hemos comentado, uno de los problemas (por no decir el único) de poner a los bebés a dormir boca arriba es que el pasar muchas horas en esta posición conlleva un aplanamiento de la cabeza, que se conoce como plagiocefalia postural.
Para prevenir esta deformidad, pueden hacerse cambios posturales de la cabeza; colocaremos siempre al bebé a dormir boca arriba pero giraremos la cabeza hacia uno y otro lado de manera alterna. Además, cuando el bebé esté despierto y pueda ser vigilado, podremos ponerle a jugar boca abajo. Portear al bebé durante el día evita que apoye la cabeza sobre ninguna superficie, evitando así también la deformidad.
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