La pubertad es el período de transición entre infancia y edad adulta. Y sabemos que un niño ha llegado a esta etapa cuando comienzan a aparecer señales sexuales (como aumento del pecho o de los testículos) y mayor velocidad de crecimiento hasta la talla adulta.
Se considera una evolución normal entre los ocho y los 13 años en las niñas, y entre los nueve y los 14 en los niños. Pero, ¿qué ocurre si se presenta antes de tiempo? ¿Cuándo se habla de pubertad precoz? ¿Cuáles son sus síntomas? ¿Tiene algún riesgo para la salud de nuestras hijas tener la menstruación antes de tiempo?
¿Qué se considera pubertad precoz?
Está dentro de la normalidad que la pubertad se inicie entre los 8 y los 13 años en las niñas y entre los 9 y los 14 años en los niños. Este amplio intervalo de edades está condicionado, en gran medida, por factores genéticos, responsables de alrededor del 75-80 % de esta variabilidad.
Pero también los factores ambientales, como la nutrición, el ejercicio o el nivel socioeconómico, pueden alterar el ritmo de maduración de los niños y provocar que se desarrollen antes de tiempo.
Mientras que cuando no se ha iniciado el desarrollo a los 13-14 años, se habla de retraso puberal y es esencial estudiar las distintas causas de hipogonadismo.
Así lo explica el Dr. Antonio Conejo, jefe del servicio de pediatría del Hospital Vithas Xanit Internacional, quien nos resuelve algunas de las dudas más habituales acerca de un desarrollo sexual prematuro y los riesgos que puede implicar.
¿Cuales son los síntomas de la pubertad precoz?
Niñas. Desarrollo progresivo de los senos, aceleración del crecimiento y primera menstruación temprana (menarquía). Por lo general, la primera menstruación se produce entre uno y tres años después de la aparición de los senos. Si llega antes, podría ser señal de pubertad precoz.
Niños. Aumento del tamaño de los testículos y del pene, de la musculatura y del vello corporal, aceleración del crecimiento y cambio de la voz.
La mayoría de las veces serán signos aislados que no implican una pubertad precoz verdadera y que no requieren tratamiento.
¿Y la regla?
La primera regla o menstruación aparece entre año y medio y tres años después de empezar a aumentar el pecho. Es frecuente que, unos meses antes de que aparezca, las chicas noten que tienen un aumento del flujo vaginal.
Así lo explica la Asociación Española de Pediatría, que añade que es frecuente que el periodo sea irregular los primeros meses, pero que se irá regulando a media que el cuerpo madure.
Entre la aparición del resto de las señales pre-pubertales y la regla, hay tiempo de reacción, por lo que se puede detener si el pediatra lo considera necesario.
Sin embargo, ante cualquiera de estos síntomas en una niña menor de ocho años, hay que acudir al pediatra, para que pueda detectar cuanto antes una pubertad precoz. Realizará las pruebas oportunas y valorará si hay que frenar o no la evolución de la pubertad.
¿Qué causa la pubertad precoz?
La mayoría de las veces se debe simplemente a una agilización del proceso normal, por genética o factores ambientales.
Otras veces a causa de una anomalía en la glándula pituitaria o en el hipotálamo, la zona del cerebro que la controla. Se llama pubertad precoz central, PPC.
Otra posibilidad, aunque muy poco frecuente, es que las glándulas que producen las hormonas sexuales (los ovarios en las niñas y los testículos en los niños), empiezan a funcionar por sí solas, antes de lo normal. Se denomina pubertad precoz periférica, PPP.
También puede ser que la pequeña glándula localizada encima de los riñones, empiece a producir hormonas débiles masculinas (andrógenos) antes de cumplir los ocho años. Esto puede provocar el crecimiento del vello púbico o axilar y el olor corporal, tanto en niños como en niñas. Se llama adrenaquia y no suele requerir tratamiento.
¿Cómo se diagnostica?
El pediatra o endocrino infantil puede realizar:
Un análisis de la gráfica de crecimiento.
Un examen de sangre para evaluar las hormonas pituitarias y sexuales que controlan la pubertad. Si revelan que el niño tiene PPC, se le realizará una imagen de resonancia magnética del cerebro, para asegurarse de que no existe una anomalía subyacente.
Una radiografía de la mano y la muñeca izquierda, para evaluar la edad ósea y así determinar hasta qué punto se está adelantando la pubertad, cómo avanza y cómo podría afectar a la estatura final del niño.
¿Cuándo hay que tratar la pubertad precoz?
El principal riesgo de la llamada pubertad precoz central (PPC) es la de provocar una baja estatura en la edad adulta, ya que se detiene el crecimiento demasiado temprano. Aunque no sucede siempre, el tratamiento adecuado puede ayudar al niño a tener más tiempo para crecer.
De ahí que el objetivo principal del tratamiento farmacológico sea parar la producción de las hormonas que intervienen en la glándula pituitaria, y desactivar los esteroides sexuales. Esto detendrá la aparición de las señales de la pubertad y retrasará el comienzo de los periodos en las niñas.
Pero como aclara el Dr. Antonio Conejo, jefe del servicio de pediatría del Hospital Vithas Xanit Internacional:
"Hay que estudiar cada caso particular, para ver si realmente existe alguna anomalía que provoque la pubertad precoz, porque la mayoría de las veces es totalmente normal y no influye en el desarrollo de los niños".
Pero aunque nuestro hijo no necesite tratamiento farmacológico, tenemos que estar vigilantes cuando "se desarrolla antes de tiempo".
La pubertad precoz produce también una maduración psicológica que puede presentar problemas de inadaptación en el colegio. Sufre cambios físicos y emocionales para los que no está preparado o preparada para gestionar (como el aumento de pecho o la aparición de la menstruación). Y tenemos que apoyarles.
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