En 'Bebés y Más' hemos tratado en varias ocasiones el tema de la educación sexual desde la infancia, así como la importancia de hablar con nuestros hijos sobre sexo con naturalidad y rigor. Pero el sexo sigue siendo un tema espinoso en las conversaciones familiares, y más de la mitad de los padres admite sentirse incómodo hablando de ello con sus hijos.
Esta es una de las conclusiones que se han obtenido de una encuesta sobre sexo realizada a más de 9.000 padres de niños y adolescentes por la empresa Platanomelon. Con ayuda de una sexóloga averiguamos por qué nos cuesta tanto hablar de sexo con nuestros hijos y qué riesgos puede acarrear esta falta de comunicación.
Los padres no somos la primera fuente de consulta para nuestros hijos en materia de sexo
Hablar de sexualidad es mucho más que hablar del cuerpo y sus cambios, de los genitales o de las conductas sexuales. Se trata de una dimensión humana amplia que implica afecto e identidad, con un fuerte componente emocional y afectivo.
Aunque hablar de sexo con nuestros hijos debería ser algo imprescindible y natural, para muchos padres resulta un tema complicado de abordar. Tanto es así, que admiten ser conscientes de que en caso de dudas, sus hijos no acudirán a ellos como primera fuente informativa, recurriendo en primer lugar a los amigos (47%) y a Google (34%).
Este dato recogido en la encuesta realizada por la marca Platanomelón, viene a coincidir con el estudio 'Menores y contenidos sexuales en Internet', impulsado por The Family Watch y realizado por la Universidad Rey Juan Carlos en 2018.
En dicho estudio se concluía que si bien las familias saben que es importante adelantarse y explicar a los niños cualquier duda que tengan relacionada con el sexo, en el 90% de los casos los jóvenes españoles acaban aprendiendo sexualidad a través de Internet.
Los peligros de acudir a Internet en busca de información sexual
Y es que si los padres no satisfacemos con rigor las dudas que presentan nuestros hijos en materia de sexo, corremos el riesgo de que acaben recurriendo a Internet como fuente informativa, donde la línea que separa el sexo de la pornografía es muy fina.
No en vano, según otro estudio llamado 'Nueva pornografía y cambios en las relaciones interpersonales', elaborado en 2019 por la Red Jóvenes e Inclusión Social y la Universitat de Illes Baleares, el 90% de los jóvenes españoles ha visto porno antes de los 12 años, y con ocho años hay niños que ya han tenido acceso a la pornografía por primera vez.
"Los riesgos vienen cuando al no tener referentes de educación sexual en su entorno más próximo, los jóvenes -y no tan jóvenes- aprenden que la pornografía puede ser una guía. Es como si aprendiéramos a conducir viendo una película de Fast & Furious" - explica la sexóloga, Mónica Branni
"Ver pornografía sin referentes ni educación afectiva y sexual puede hacer que se interioricen ciertas cuestiones que no tienen por qué ser la realidad. En primer lugar, que las relaciones sexuales son mayoritariamente entre hombre y mujer, excluyendo las diversidades sexuales y el amplio abanico de realidades existentes. Por otro lado, puede que los cuerpos y genitales que vemos en el porno se conviertan en un baremo con el que comparar la realidad: genitales normativos y tamaños superiores a la media, entre otros"
¿Por qué nos cuesta tanto hablar de sexo con nuestros hijos?
Para la sexóloga Mónica Branni, el motivo principal por el que a los padres nos resulta incómodo hablar de sexo con nuestros hijos se debe a la propia educación sexual que recibimos en nuestra infancia y adolescencia.
Pero además de esto, los padres tienen la creencia de que al hablar de sexualidad con los hijos estos puedan comenzar a tener un mayor interés y a iniciarse de forma precoz en una vida sexual activa. Sin embargo, para la sexóloga, la información nunca es perjudicial sino todo lo contrario:
"Otra de las grandes preocupaciones de los padres es que, al hablar de sexualidad a sus hijos, estos empiecen a tener una vida sexualmente activa o, en el peor de los casos, comportamientos sexuales inadecuados. Pero hay que tener presente que a más información, más herramientas para tomar decisiones más conscientes, saludables y felices"
La adolescencia es una etapa especialmente relevante en lo que a materia sexual se refiere. Aunque a esta edad lo habitual es que nuestros hijos ya tengan unos conocimientos generales sobre el sexo, es normal que quieran saber más y nos pregunten o busquen información para saciar su curiosidad.
En nuestras manos está aportarles la información que necesitan con naturalidad y rigor, ya sea mediante charlas, libros de educación sexual o cualquier otro recurso o herramienta acorde a su edad que creamos que puede ayudarnos.
Una correcta información y un clima de comunicación basado en la confianza evitará, no solo el consumo temprano de pornografía, sino los embarazos no deseados y prácticas sexuales que pongan en riesgo su salud y la de los demás.
Fotos | iStock
Vía | Platanomelón
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