Todos podemos estar de acuerdo que el mejor lugar para un bebé son los brazos de sus padres, pues como lo hemos comentado anteriormente en Bebés y más, los brazos son una necesidad básica del bebé, como comer o dormir.
Pero además de proporcionar calor y cariño, nuestros brazos tienen otro efecto en los bebés, pues de acuerdo con un estudio reciente, los abrazos de mamá o papá (en comparación los de otras personas) son el mejor relajante que existe para un bebé.
Quizás no sea nada que no supiéramos o intuyéramos como madres y padres, pero siempre es bueno cuando la ciencia confirma que las prácticas que usualmente hacemos por instinto, son realmente efectivas. Y la más reciente, ha sido comprobar que los abrazos de los padres tienen un efecto relajante en los bebés.
Publicado en la revista iScience, el estudio realizado por investigadores japoneses analizó la respuesta de la frecuencia cardíaca en bebés menores de un año a los abrazos de sus padres, comparándola con la respuesta de la misma al momento de ser sostenidos por otras personas.
Como sabemos, los abrazos tienen poderes sanadores: nos brindan paz, confort, calor, contención y contacto físico. Todo eso, forma una combinación que no tiene comparación, haciéndolos uno de los métodos más efectivos para proporcionar tranquilidad en momentos de tensión.
Y aunque entre adultos los abrazos pueden ser bien recibidos cuando provienen prácticamente de cualquier persona que conozcamos, en el caso de los bebés, son los abrazos de mamá y papá los que realmente tienen ese efecto relajante y tranquilizados.
Para muestra, los resultados del estudio, que encontró que los bebés de cuatro meses de edad en adelante, mostraban un aumento en los intervalos de latidos cardíacos cuando eran abrazados por sus padres, en comparación de ser abrazados por alguien extraño. Es decir, se tranquilizan y experimentan un estado de relajación.
Pero además de comprobar que los abrazos de padres y madres son el mejor relajante para los bebés, con este estudio se descubre que los bebés son capaces de reconocer a sus padres con un abrazo desde los cuatro meses de edad, pues esto no sucedía con bebés menores a esa edad.
Sin duda y como lo hemos dicho en diversas ocasiones, tomar en brazos a un bebé no lo malcría, sino todo lo contrario: los abrazos de mamá y papá le aportan seguridad, calor y amor, tres cosas esenciales para todo bebé, y que podemos continuar aportando incluso cuando ya han dejado de serlo.
No hay duda de que los brazos de mamá y papá son el mejor relajante para el bebé, y que aún cuando ya no sean tan bebés, los abrazos y el cariño que les demostramos con nuestra cercanía sigue siendo el mejor refugio.
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