La llegada de un nuevo bebé a casa es un momento importante para toda la familia, pero si hay alguien que vaya a quedar sorprendido y afectado por el cambio, ese será tu hijo o hija que pasa a ser "mayor". Cuando llega un hermanito pequeño a casa, ¿qué pasa con el mayor?
Probablemente la madre y el padre tengan bastante tiempo (al menos varios meses) para reflexionar sobre las posibilidades, sobre sus sentimientos, podrán experimentar temores, dudar sobre si se amará al segundo hijo tanto como al primero... Pero los niños pequeños apenas son conscientes de los cambios que se aproximan y de repente se encuentran con una realidad que les puede resultar difícil.
Es normal que los hermanos y hermanas vivan con cierta dificultad los cambios que se originan, empezando por uno bastante inevitable y es que la atención que recibía se va a ver compartida con la llegada de un nuevo bebé. Es probable que al principio las reacciones del mayor sean muy diferentes a las desencadenadas un mes o dos después del nacimiento del bebé.
Puede que al principio se mostrara cariñoso y ahora parece que no quiera tanto al bebé. O puede que sea al revés, que las reacciones de apego como arrullar, tranquilizar, cantarle al bebé... lleguen con las semanas (esto es más frecuente). Sea como sea, seguro que en unos años son inseparables, se querrán, se divertirán juntos... y también se pelarán, cómo no. Pero, hasta entonces, ¿cómo ayudar al hermanito mayor con la llegada del bebé?
Ayudar al hermano mayor con la llegada del bebé
De momento, podemos ayudar al hermanito o hermanita teniendo en cuenta estos consejos:
Conviene hacerles participar del embarazo, enseñándoles las ecografías, que nos acompañen al ginecólogo, que elija alguna ropita del bebé, participe en la decoración de la habitación o la adecuación de la casa...
Seguramente el niño tendrá muchas preguntas sobre el embarazo y hay que contestarle la verdad, evitando fantasías o respuestas complicadas, con un lenguaje adaptado a su edad.
Otro tema sobre el que hay que hablar antes de la llegada del bebé es el del momento del parto, ya que probablemente tendrá que quedarse en casa de unos familiares y estar un día o un par de días sin ver a mamá. Hay que escoger con antelación las personas que se harán cargo del niño, con las que el niño se sienta a gusto.
Si teníais previsto algún cambio importante como sacar al niño de vuestra habitación, entrar a la guardería... mejor dejarlo para más adelante siempre que sea posible. De este modo evitamos que relacione la llegada del bebé con esos cambios que probablemente le serán difíciles.
Hay que intentar hacer ver a los niños que no todo son sacrificios: ser "mayor" tiene sus ventajas, aunque sigan siendo pequeños y sigan siendo nuestros niñitos ("princesa", "bebé", "corazón"...; intentad que esos nombres cariñosos sigan siendo de su exclusividad, y al bebé ponedle otros).
El momento de la entrada a casa con el bebé es delicado. Si es posible, convendría que el niño fuera un momento al hospital para ver a la madre con el nuevo bebé y establecer un primer contacto. Al volver del hospital con el bebé, es aconsejable que el pequeño vaya en brazos de una persona que no sea la madre y esta pueda abrazar al "mayor".
Podemos implicarles en el cuidado del bebé en las tareas que les sean sencillas y agradables (acercarnos pañales, elegir ropita, ayudar en el baño. avisar si llora...). No obligarlos a ayudarnos si no quieren, tal vez sea cuestión del momento.
Es bueno establecer ciertos límites, comentarles que no pueden coger solos al bebé, ni hacerle daño... Intentemos no dejarlos solos con el bebé mucho tiempo.
Los hijos mayores nos reclamarán mucha más atención, y puede que en los momentos más "inoportunos" (cuando estamos amamantando, bañando o cambiando al bebé...). Por ello conviene anticiparse, intentar estar acompañada en esos momentos para que se ocupen del mayor o compartir esos momentos intentando que esté entretenido (con un cuento o haciendo un dibujo para el bebé o para mamá...).
Anima a tu hijo a hablar sobre lo que siente ante el hermanito, si es muy pequeño no será capaz, pero en cuanto desarrollan cierta habilidad lingüística pueden intentarlo. Es importante que se sienta escuchado y que lo apoyemos. Podemos darle nombre a lo que siente o intenta explicarnos (miedo, temor, celos...) comentándole que es normal que tenga sentimientos contradictorios a veces.
Es el momento de mostrar un "cariño exagerado" al hijo mayor, que no dude ni un momento de nuestro amor. Esto puede ser duro en ocasiones, con el cansancio del postparto, los temores de los primeros días en casa... pero hay que hacer un esfuerzo. Debemos dedicarle atención al mayor, proporcionarle momentos de ocio, de juegos...
Si el hermano dice que no quiere al bebé, que no le gusta, que es feo o lo quiere "devolver", hay que entender que lo siente así (y decírselo) pero hacerle ver que también puede sentir cariño hacia el bebé, a pesar de que a veces no sea así porque sabemos que se han cambiado algunos hábitos y a él eso no le gusta.
A pesar de todos los consejos anteriores, es muy probable que el niño reaccione con algún comportamiento o reacción de enfado, tenga más rabietas que de costumbre, llore más... Ser el príncipe destronado no es fácil.
Hemos de ser pacientes y comprensivos con estas reacciones y recordarle que le queremos mucho: el cariño incondicional es la mejor receta para que el príncipe destronado no lo pase mal.
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