Estamos muy contentos de que esté teniendo buena acogida nuestra nueva sección Historias de padres, una de las iniciativas que hemos tenido en el blog para celebrar el mes del padre.
Este relato que ahora les pongo lo recibimos de Gabriel, papá de una pequeña llamada Victoria que nos cuenta acerca del nacimiento de su pequeña y nos comenta cómo esto ha cambiado su carácter y sensibilidad.
Gabriel tienen un blog, donde cuenta detalles de su hija y le agradecemos por compartir con nosotros su historia y animamos a los demás papás a que nos envíen su relato a historiasdepadres@bebesymas.com.
Este es el relato que nos envía:
Buenos dias a todos. Soy Gabriel de Capital Federal, Buenos Aires (Argentina). Primero, quiero felicitarlos por el blog ya que me ha sido de constante ayuda para aprender (mas) cosas y poder ser cada dia un poquito mejor padre. El embarazo lo pase bastante bien: no solo por saber que mi esposa se perfilaba como madre impecable (somos primerizos), sino que las cosas se dieron bastante tranquilas. Ya desde el primer momento me acapare toda la informacion posible para poder afrontar el futuro (me gusta saber por donde voy pisando; cuanta mas anticipacion, mejor).
Al momento del nacimiento aparecieron algunos problemitas (hipertension en la madre, estres con deglucion de meconio en la hija), sumados a algunos con el hospital en si (falta de contacto conmigo y el resto de la familia que esperaba afuera sin saber la situacion, falta de anestesista, etc). Cuando me entere de que el parto (por cesarea), habia salido bien, me invitaron a pasar a Cuidados Intensivos para conocer a mi hija. Alli la vi por primera vez, en una incubadora cerrada llorando desconsoladamente. La medica encargada de cuidarla, me dijo que no me preocupase pues habia salido todo bien (era solo como medida de seguridad, le extraian fluidos del estomago). Luego, me pregunto si queria tocarla, a lo que accedi. Abrio una de las 'ventanitas' para que metiese la mano (previamente desinfectada). Atine a ponerle mi dedo indice frente a su manita. Ella lo apreto con fuerza...y automaticamente se calmo! En mi caso, antes del 'embarazo', era una persona 'dura'. Si bien estaba casi siempre de buen humor, era tomado como bastante frio y calculador ademas de ser tildado de 'falto de sentimientos'. En el momento de tocarla, estalle en llanto pelado y no podia controlarlo. Fue la primera vez en mi vida que me ocurrio algo asi. De alli en adelante, me volvi como un crio: lloro cuando hace algun avance importante, cuando me sonrie, cuando habla. Ni siquiera la madre lo hace tanto. Aunque me siento avergonzado muchas veces (no solo por mi cambio en el temperamento, sino por lo que se supone que 'debe hacer un hombre'), no me arrepiento de ello y lo sigo haciendo. Mi unico consejo a los padres es: no tengan miedo de mostrar el amor por sus hijos. Se que las conductas 'segun el libro' indican lo contrario muchas veces, pero no se priven del placer de dar y recibir el amor mas puro que se puede conseguir. Les aseguro que no se arrepentiran. Bueno, no queda mas que volver a felicitarlos por el blog y la iniciativa. De mas esta decir que pueden editar esto como mejor crean conveniente en caso de posible publicacion. Si desean conocernos, pueden visitarnos en www.nuestravictoria.com.ar, en donde llevo un blog con un registro de la vida de mi primogenita paso a paso, como si lo contara ella misma. Saludos 'intercontinentales' para todos! Gabriel