Es una pregunta a la que todos los padres, tarde o temprano, debemos enfrentarnos en nuestra vida. Por suerte, a mí todavía me queda algo de tiempo para pensar la respuesta.
Pero no os fiéis, a veces, la pregunta "¿de dónde vienen los bebés?" llega en el momento menos pensado. Generalmente, un nuevo embarazo en la familia suele precipitar la curiosidad de los niños.
Cuando los hermanos mayores no son todavía tan mayores, con decirles que los bebés salen de la tripa de mamá es suficiente. Y se quedan tan contentos con la respuesta.
El problema viene cuando los hermanos mayores, ya algo más mayores, preguntan cómo ha llegado ese bebé a habitar la panza de su madre.
Y es en ese momento cuando a los padres se nos hace una laguna mental y nos sudan las manos mientras buscamos la mejor forma de explicárselo. Algunos acuden al famoso cuento de la semillita, otros (aunque espero que no) a la cigüeña que trae a los bebés de París y una serie de historias insólitas para explicarles a los hijos algo tan simple como el sexo.
Pero claro, ya habrá tiempo para explicárselos mejor.
Y tú, ¿cómo has hecho o harás para contarle a tu hijo de dónde vienen los bebés?
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