Niños que hacen daño a los animales

Niños que hacen daño a los animales
10 comentarios

La mayoría de los niños sienten ternura y amor por los animales y jamás les harían daño. Pero hoy me gustaría invitaros a reflexionar sobre vuestras experiencias y opiniones sobre los niños que hacen daño a los animales, o que, más grave todavía, en mi opinión, los que disfrutan haciéndoles daño como si de un juego se tratara, incapaces de sentir empatía hacia el sufrimiento.

Y es que hace poco me contaba una amiga que, en un parque, unos niños se dedicaron a sacar las carpas del estanque y reventarlas pisoteándolas.

Pero más horrible todavía es que los padres de los niños estaban presentes y observaban impasibles el disfrute de sus hijos, sin explicarles nada, sin ver nada especialmente preocupante en su comportamiento. No se si las carpas estaban vivas o muertes, pero, de todos modos, la imagen me ha parecido impactante. Se trataba de niños aparentemente normales y padres, pero ¿cómo considerar normal esta imagen?

Me ha hecho recordar situaciones en mi infancia que recuerdo con horror. Niños que le arrancaban las alas a las moscas para ver como se movían. Otros que ahogaban ratones o peor, apedreaban a los gatos callejeros hasta herirlos o matarlos.

O, más recientemente, el dolor de mi hijo volviendo a casa llorando porque los niños del parque habían matado hormigas o saltamontes a pisotones. Y se reían al hacerlo y más al ver que él sufría por los bichos indefensos. ¿De verdad tengo que esperar que mi hijo quiera jugar con ellos?

Todo esto, debo confesarlo, me resulta incomprensible. Puedo entender la curiosidad de los niños, hasta su incapacidad de asimilar que los seres vivos sufren si nadie se lo explica. ¿Cómo actuaríais si vieses a vuestros hijos haciendo algo parecido?

Y es que me parece enormemente preocupante que existan niños que dañan a los animales y que, incluso, se divierten viéndolos sufrir sin que nadie les eduque o les transmita que eso no es correcto. ¿Qué opináis vosotros?

En Bebés y más | Fomentar en el niño el respeto por plantas y animales, Por un planeta sin maltrato animal: los niños hacen lo que ven

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    • interesante

      La verdad es que he sufrido enormemente imaginando las escenas que describes. En mi familia nos han criado y educado para sentir empatia hacia cualquier forma de vida y por supuesto a mi pequeña la intento educar asi. En mi opinión si un niño hace sufrir a un animal y sus padres no corrigen ese comportamiento, la lección que aprenden es que son superiores y tienen poder para decidir quien sufre y quien no, osea hacer sufrir al projimo, en este caso un animal, pero en un futuro y potencialmente podria ser un compañero de clase. Porque este niño no ha aprendido a ponerse en el lugar del que esta sufriendo y empatizar con él. Nosotras empezamos con pequeños animales, las hormigas que han entrado en casa las sacamos a la terraza, damos de comer a algun gatito callejero, damos granos de arroz a los pajaros del parque... Si mi hija hiciese daño a un animal, me sentiria muy culpable y sentiria que he fallado como madre y educadora. Creo que una lección importante en esta vida es que no somos ni inferiores ni superiores a nadie, y que tanto personas como animales sufrimos si nos hacen daño.

    • interesante

      Nosotros tenemos un perro y un gato, mi hijo se crió con ellos y siente amor por ellos y por todos los animales, sean de 4 patas, con tenazas, plumas o alas. Creo que es una parte fundamental de la educación que tenemos que profesar a nuestros hijos, que no hagan daño ni a las personas, ni animales, ni plantas, ni a los juguetes. No se puede consentir ningún tipo de maltrato, del género que sea, y si no les educamos desde bien pequeños, hay un problema grave de educación, comportamiento y de pilares básicos de la vida. No es la primera vez que en el parque, mientras los padres están sentados en los bancos comiendo pipas (y tirándolas en el suelo, por supuesto!!), yo tengo que llamarles la atención a los niños porque están matando hormigas, peleándose entre ellos a golpe vivo y con agresividad y varias cosas más. Si no empezamos la educación y respeto desde casa, no hay nada que hacer. Desde luego que a mi me duele y me parece muy triste.

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      En el plano personal he tenido varias experiencias, mi madre es muy ecológica, le gustan todos los animales y si encuentra un escarabajo o una polilla por casa la hace salir en vez de darle con el zapato. Yo también respeto los animales pero no estoy dispuesta a que mi casa sea la casa de las cucarachas y ratones que hay en el solar de al lado, así que intento que no entren (rejillas, mosquiteras) y si me tengo que "cargar algún animalillo..." no me quita el sueño.

      Del mismo modo que como carne, pescado, marisco y otros animales... No me gusta ver la crueldad con los animales pero tampoco los considero "iguales" a nosotros.

      Hace dos años justo delante de mi casa un coche atropelló un gatito que quedó tan malherido que no había solución, si hubiese sido una persona hubiese llamado a la ambulancia pero era un gato, así que hice lo único que podía hacer: apartarlo de en medio de la calle, rematarlo (suena fatal pero no había otra forma de evitarle el sufrimiento) y enterrarlo en el campo. Me dio mucha pena, pero ¿qué podía hacer? ¿dejarlo allí dos o tres horas agonizando?

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    • Avatar de anamare Respondiendo a anamare

      Podias haberlo llevado a un veterinario (siempre hay mas opciones)

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    • Avatar de waxpa Respondiendo a waxpa

      Un veterinario tampoco podía hacer nada, el tiempo de encontrar un veterinario a esas horas era prolongar la agonía. Y no fue fácil para mí, los gatos me encantan y de pequeña recogí uno que habían abandonado con los ojos aún cerrados y me lo crié con biberón; pero éste no tenía posibilidad de sobrevivir.

    • interesante

      Los niños siempre tienen a los padres como ejemplo,si ellos ven que nosotros respetamos a los animales ellos tendrán también respeto,si por el contrario ven que los maltratamos lo considerarán como algo totalmente normal.

      saludos

    • Cuando trabajas con niños descubres que detrás de sus actos suele haber un razonamiento de una lógica aplastante pero que no siempre es moralmente la correcta. En el patio del colegio he visto todo tipo de actitudes: niños que reparten su almuerzo entre los hormigueros del patio y que lloran cuando otro niño pisa sin querer una de "sus hormigas", niños que se meten todo tipo de bichos en los bolsillos del babero, otros que disfrutan peleándose entre ellos, los que arrancan las flores para llevarlas a su mamá...

      En general lo que sucede es que en el pensamiento egocéntrico propio de ésta edad para los niños todo es suyo, todo está a su servicio, y creen que pueden hacer de todas las cosas un uso particular: muchos niños ven los animales como un juguete más y los incluyen en su juego simbólico; si juegan a las casitas son hijitos y les dan de comer, y al igual que se llevan su coche en el bolsillo meten "sus bichos", sin más maldad.

      Los adultos hemos de enseñarles que tanto los animales como las plantas tienen vida propia y que ésta se debe respetar. La mayoría de los niños cuando empieza a conocer las características de los animales y de las plantas los respeta y los cuida, incluso con más "amor" que los adultos.

      Estos niños que comentas en tu artículo estaban reforzados por una actitud de indiferencia de sus familias, y lo mismo maltratan los peces que rompen un cristal a pedradas. Por desgracia estas actitudes no sólo se permiten sino que en ciertos ámbitos de nuestra sociedad se promueven, como en algunos programas de televisión donde parece que se maleducado y déspota es gracioso.

    • Vaya por delante que opino que debemos enseñar a nuestros hijos a respetar cualquier ser vivo, sin embargo no creo que se pueda poner en el mismo plano arrancarle las alas a una mosca y apedrear a un gato. Técnicamente, ambas son formas de dañar a un animal, sin embargo, lo primero puede surgir como experimento, en ese caso, si explicamos al niño que de ese modo la mosca sufre, es posible que deje de hacerlo. Lo segundo me parece mucho más grave, y peor todavía que los padres estén presentes sin inmutarse; en mi opinión, ese tipo de conductas van mucho más allá del juego, una cosa es jugar un poco a lo bestia y hacer daño sin querer, y otra muy distinta dañar voluntariamente a un ser vivo y encima disfrutar de ello. Pienso que estos comportamientos reflejan una buena dosis de agresividad y se debería actuar inmediatamente, no considerarlos "cosas de niños". La práctica totalidad de asesinos en serie empezó su "carrera" torturando animales durante su infancia.

    • Todos deben de saber que los niños que hacen daño a los animales y que les causa placer tal daño, está comprobado cientificamente que es un sintoma de sicopatía, de ser sicopata en la vida adulta. Si bien los niños muy pequeños pueden investigar, para los mayores de 3 años que ya distinguen más o menos el bien del mal, es un sintoma de sicopatía, no es nada más educación porque para ser más observadores a la mayoría de los niños les atraen los animales en forma positiva. Otros sintomas de probable sicopatía son atracción desmedida por el fuego y problemas para seguir reglas básicas y escuchar a la autoridad. Esto se trata con un siquiatra.

    • Hola a tod@s

      Soy nueva en este portal. He leído este interesante artículo y, he podido comprobar que la usuaria Flor se acerca mucho a la definición de dichas conductas como, detonantes previos a las Psicopatías en infantes y, a posteriori, reforzado, mediante "sujetos psicópatas".

      Por suerte o desgracia, tod@s hemos observado esa ausencia de empatía e indolencia hacia el sufrimiento de otro ser vivo (1º daño infringido a animales, después a personas). Y aún peor, cuando los mismos progenitores, no ponen los medios adecuados para corregir esas conductas inadaptadas, siendo su actitud pasiva, aún más cruel que la del mismo infante.

      He publicado, cuatro libros de educación y psicología, pero el último se refiere, precisamente a, la evaluación prospectiva de esa tipología: "Psicosis. Crónica de un vampiro emocional".

      Es un tema complejo, merecedor de mucho respeto, por el daño físico o psicológico (o ambos)que infringen estos sujetos (hombres o mujeres) en el resto de la población.

      Saludos. Fabiola del Pilar.

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