Abrir la puerta del coche, dejar que tu hijo suba solo al asiento trasero y cerrar la puerta a continuación. Sin colocarle en un sistema de retención acorde a su edad y sujentándole tan sólo con el cinturón de seguridad que usamos los adultos.
Desgraciadamente, presencio a diario este tipo de escenas a las puertas del colegio y confieso que se me hiela la sangre. Niños que entran y salen solos de los vehículos en los que no iban debidamente sujetos, o en sistemas de retención infantil (SRI) no acordes a su edad. Y yo me pregunto, ¿qué lleva a algunos padres a actuar así?
"De aquí a ahí no va a pasar nada"
Los padres queremos lo mejor para nuestros hijos y nadie en su sano juicio busca poner a sus hijos en peligro de forma consciente. A estas alturas, todos conocemos la obligatoriedad e importancia de llevar a los niños de menos de 135 cm de altura (preferiblemente, hasta los 150 cm de altura, según aconseja la DGT) en un sistema de retención infantil homologado. ¿Por qué entonces no siempre se hace?
Tengo dos teorías al respecto:
- Por un lado, estaría la teoría del "a mí nunca me pasará". Seguro que alguna vez hemos lamentado profundamente algo que le ha ocurrido a un conocido, pero jamás se nos ha pasado por la cabeza pensar que eso mismo nos pueda pasar también a nosotros.
Pero desgraciamente los accidentes ocurren, ¡y nunca avisan!. Ninguno estamos exentos de sufrirlos, y cuando se trata de la seguridad de los más pequeños este tipo de pensamientos o excusas no deberían tener jamás cabida.
- Por otro lado, está la falsa creencia de que en trayectos cortos es difícil que ocurra algo. Una gran mayoría de las familias de nuestro colegio viven en el mismo municipio y el trayecto en coche no supera los diez minutos.
"¿Qué puede pasar en diez minutos de viaje en donde además no se supera la limitación de velocidad indicada para poblado?" Pues lo cierto es que pueden pasar muchas cosas. Un perro que se cruza, una pelota que se escapa hacia la carretera o un niño que imprevisiblemente sale corriendo y nos obliga a dar un volantazo o un frenazo brusco.
Según el último Informe sobre seguridad infantil en el automóvil en España y Latinoamérica, realizado por Fundación Mapfre en 2016, el 63% de los heridos graves (entre 0 y 14 años), y el 65% de los heridos leves (entre 0 y 14 años) en España en 2015, se produjeron en accidentes en vías urbanas; es decir, en carreteras de poblado o ciudad.
Y según estadísticas de la DGT, de los 25 niños de entre 0 a 14 años fallecidos en 2015 en accidentes de tráfico, cinco de ellos no llevaban ningún tipo de sistema de retención infantil.
Otros usos indebidos de los SRI
Pero llevar al niño en brazos en el interior del vehículo, o sin la sujección de ningún tipo de SRI no es lo único que a veces hacemos mal los padres en los trayectos por carretera:
- En ocasiones, se utilizan SRI que no son adecuados a la edad, peso y altura del niño. Recordemos que las sillitas no deben ser un "quita-multas", sino un sistema de seguridad que realmente nos garantice que nuestro hijo viaja seguro en él.
Viajar el mayor tiempo posible a contramarcha y utilizar sillitas acordes al peso, edad y talla de nuestro hijo, así como correctamente homologadas según las dos normativas vigentes (teniendo en cuenta los cambios que se avecinan a partir de 2018), son las principales medidas de seguridad que debemos tener en cuenta a la hora de adquirir un SRI.
- Utilizar SRI viejos o deteriorados es también muy peligroso, pero por desgracia bastante más habitual de lo que pensamos. Heredar sillas de coche de amigos, hermanos o familiares con varios años de uso es una práctica poco recomendada, ya que el paso del tiempo o incluso un uso indebido pueden haberlas desgastado o deteriorado.
Igualmente, si sufriéramos algún percance con un vehículo con sillas instaladas, es recomendable sustituirlas o consultar con un profesional especializado, por si hubieran sufrido algún daño que comprometa la seguridad futura del niño.
- Según algunos expertos, el 63% de los niños no viaja correctamente cuando va en coche debido a un mal uso de la sillita. Y es que de nada sirve tener una silla homologada en peso, altura y edad, si no está correctamente anclada al vehículo, o si el cinturón de seguridad que la retiene no está bien tensado.
Igualmente, es importante vigilar los arneses de la sillita, ya que si estos tienen mucha holgura el niño podría sacar los brazos o comprometer su correcta eficacia en caso de frenazo o colisión.
- Llevar a nuestros hijos en su silla con el abrigo puesto, es otra mala costumbre que tenemos. Ahora que hemos empezado con la época de frío debemos tenerlo muy en cuenta, y saber que es preferible que pasen dos minutos de frío hasta que el coche se aclimate, a que viajen enfundados en un abrigo que contrarreste la seguridad de la silla.
Por tanto, es de vital importancia para nuestros hijos que los adultos tomemos conciencia de la gravedad de nuestros actos cuando no llevamos a los niños correctamente atados en un SRI adecuado y homologado.
Fotos iStock
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