Cuando esperamos el nacimiento de nuestro hijo, sobre todo si somos padres primerizos muchas cosas nos preocupan y parece que se nos hace un mundo. Una manera de estar seguros de estar bien preparados para la llegada del bebé es repasar una lista que haremos previamente y que puede ayudarnos a encontrar la tranquilidad necesaria.
Los profesionales necesarios para la atención de nuestro bebé van a ser fundamentales y es mejor conocerlos previamente, y también sería bueno organizarnos con otras personas que nos ayudarán en los días posteriores a la llegada del bebé.
Los profesionales sanitarios
A los pocos días del nacimiento y las siguientes semanas, los controles pediátricos van a ser una constante en nuestra vida. Que el pediatra que hará el seguimiento de nuestro hijo nos sea previamente conocido y sepamos que vamos a estar confiados, seguros y conformes con sus orientaciones, más allá de lo puramente médico, nos va a ayudar mucho a pasar esos meses iniciales con más tranquilidad.
Es conveniente que el pediatra esté disponible en un horario que nos venga bien, que dispongamos de un servicio de urgencias adecuado para cuando no esté e, incluso, si es posible, que nos permita contactar con él teléfonicamente para las pequeñas dudas mientras esperamos la consulta.
Deberíamos poder concertar con él una visita de preparto, para conocerlo y solventar las dudas que puedan surgir.
Saber como se piden las citas, sus horarios, la frecuencia de los controles y, si queremos amamantar a nuestro hijo, cual es su preparación en lactancia y su opinión sobre cuestiones como el colecho, la lactancia a demanda y su duración o la introducción de alimentos complementarios.
En caso de tener un pediatra asignado previamente por el sistema de salud y no poder encontrarnos del todo seguros de su preparación en lactancia, podemos también contactar con un asesor certificado en lactancia cercano a nuestro domicilio.
La madre, en los días siguientes al parto, tiene que acudir a su matrona para que la revise. Conocerla previamente y pedirle consejo va a ayudarnos a enfrentar esas visitas tan delicadas más confiada.
Otras personas que van a ayudarnos
Acercarnos a un grupo de apoyo a la lactancia o a una asociación que la difunda puede darnos la fórmula cercana para lograr información y la compañía de otras mujeres.
Tener una doula durante el embarazo da mucha tranquilidad a las mujeres que no tienen apoyo cercano y amoroso en su entorno y la doula puede ser también, y de hecho es cuando su papel se hace fundamental, en el postparto y el cuidado del recién nacido, un apoyo que ayude a la madre y le de confianza en su capacidad de atender las necesidades del bebé.
Muchas madres desean tener ayuda en casa cuando llegué el bebé, o para cuidar a los otros hermanos, para limpiar la casa o hacer la comida o, sencillamente, para ir a la compra o ayudarla a ella si no se encuentra bien. Una mujer de la familia suele ser la elección habitual pero, si no nos sentimos del todo cómodas con nuestra madre o nuestra suegra revoloteando por casa, puede ser mejor acudir a una amiga o delegar algunas obligaciones en profesionales como una niñera o una asistenta.
Por supuesto, la pareja es el principal apoyo, pero si no va a poder estar disponible o no está muy por la labor, mejor pensar en lo que necesitaríamos que encontrarnos luego sobrepasadas y agotadas cuando el bebé debe ser la prioridad que ocupe nuestro tiempo. No está de más explicar a nuestra pareja nuestras necesidades y tratar de llegar a acuerdos para la organización diaria antes del nacimiento.
Disponer de todos nuestros contactos con los profesionales y de la ayuda necesaria previamente estudiados y conocidos nos ayudará a enfrentar y preparar esos primeros días tras la llegada del bebé a casa mucho más serenos.
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