A menudo hablamos del acompañamiento en el parto, pero una parte importante del bienestar durante el embarazo también depende del apoyo que se reciba durante el mismo. La estabilidad emocional de la embarazada es importante en todo el proceso y favorece la estabilidad tras el nacimiento del bebé, reduciendo el riesgo de sufrir depresión postparto.
Hay estudios que demuestran que la compañía de una persona elegida por la embarazada, que le aporte confianza, seguridad y tranquilidad, la ayudará a conseguir un buen parto. La mujer es la que decide quién la acompañará: puede ser su pareja, una amiga, la madre u otra persona. ¿A quién elegiste tú? ¿Te sentiste verdaderamente apoyada?
Durante los meses previos al parto, puede que sea más de una persona la que se implique en el embarazo, y a la pareja si la hay se pueden sumar generalmente los padres, o hermanos, algún amigo o amiga íntimo...
Sí conviene decidir durante el embarazo quién será la persona que la acompañe en el parto, porque si ese apoyo se lleva a cabo también durante el embarazo, llegar al momento del parto con confianza será más fácil. Pero, ¿qué tipo de acompañamiento pueden recibir las embarazadas?
Durante el proceso del embarazo es fundamental el bienestar emocional y una de las claves para conseguirlo es contar con el apoyo y confianza de tu pareja. Es importante que conozca tus deseos, tus expectativas, tus miedos... y compartir todos estos sentimientos te hará bien.
Hemos de saber que tanto al principio del embarazo como cuando se acerca la fecha del parto es normal que la mujer experimente cambios frecuentes en sus sentimientos y en su estado de ánimo.
Se trata de una reacción frecuente y normal, debida a las profundas transformaciones que van a producirse en su vida con el nacimiento del bebé, sobre todo si es el primer hijo. Pero el silencio, la soledad, puede hacer que esos sentimientos se desborden y afecten al bienestar psíquico de la embarazada. Por eso importa la compañía.
La otra parte sabrá cómo ayudar a la embarazada para vivir plenamente el nacimiento del bebé. Compartir la experiencia de acudir al ginecólogo, de las ecografías, de las clases de preparación al parto, del ejercicio diario, de las compras para la habitación del bebé, de la canastilla... da seguridad a la embarazada y reduce el riesgo de sufrir ansiedad o depresión.
Esto no significa que la pareja tenga todas las respuestas, todas las soluciones. Pero el hecho simplemente de mostrarse receptivo, interesado por el estado de la futura mamá y sus preocupaciones, ya es mucho. Compartir vuestro "plan de parto" allana el camino para el gran momento.
En el caso del padre, este acompañamiento constituye un paso fundamental para sentirse más cerca del bebé, para hablarle, para recibirlo, para acariciarlo... y también vivir con plenitud el nacimiento de su hijo. Al mismo tiempo, se fortalece la relación de pareja, aumentan las emociones positivas y el optimismo y se prepara el camino para ampliar la familia.
Para el padre también es muy importante sentirse integrado, en la medida de lo posible, en el embarazo y empezar a sentirse familia. Muchas veces este siente una especie de celos porque el protagonismo para a la mujer y al bebé cuando nace, pero de este modo, formando parte del embarazo, se mitiga.
En definitiva, la participación del padre o de esa otra persona elegida por la mujer durante el embarazo y el parto es fundamental. En vuestro caso, ¿quién fue el elegido o elegida? ¿Os sentisteis realmente apoyadas y acompañadas?
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