Siguen existiendo juguetes peligrosos, algunos fabricantes pasan por alto los productos o sustancias químicas con las que elaboran algunos juguetes, estas sustancias son altamente peligrosas para nuestros hijos.
Según William McDonough, algunas empresas como Mattel, siguen produciendo muñecas con concentraciones de metales pesados tóxicos, como son el níquel o cadmio. El problema es que son juguetes pensados para venderlos baratos sin tener en cuenta como afectan a la salud.
Debemos asegurarnos que el juguete que compramos a nuestros hijos, cumple toda la normativa vigente, de lo contrario, ellos pueden sufrir las consecuencias en su salud. Existen cifras Europeas en las cuales podemos ver un 47 % de niños alérgicos a estas sustancias. En muchos objetos cotidianos también están presentes estas sustancias, algunos fabricantes sólo pretenden ser efectivos en el mercado, el maldito beneficio sin tener en cuenta el mal que pueden acarrear en la salud pública.
La concienciación de estos fabricantes es fundamental, pero también lo es nuestra actitud, no debemos valorar el juguete por su precio o su diseño, ante todo debemos verificar que no es nada peligroso y que cumple todas las normas. En todo caso no debemos ayudar a que estas empresas se hagan más grandes, no comprar sus productos es un modo de presión que les obliga a plantearse cambiar su filosofía.
Como dice Dolores en W.A.T.C.H: contra los juguetes peligrosos, los juguetes deben ser para educar y entretener a nuestros hijos, sin causarles ningún tipo de perjuicio.
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