En algún momento, llega el día en que nuestros niños deben empezar a acudir al dentista, quien conviene que durante los primeros años sea un profesional con experiencia en niños.
La Academia Americana de Odontología Pediátrica recomienda hacer la primera visita al odontólogo al primer año de vida, aunque algunos pediatras sugieren hacerla cuando la dentadura de leche compuesta por 20 dientes esté completa, que suele ser alrededor de los tres años.
Aunque no tenga dolor o creamos que son muy pequeños, igualmente debemos llevarlos para prevenir cualquier problema en el futuro. Es el momento de corregir a tiempo malos hábitos e introducir desde temprano buenos hábitos de limpieza.
El profesional le hará una revisión de dientes y encías, verá si existen caries del biberón, se evaluarán posibles problemas como mordida cruzada, abierta o alteraciones de crecimiento y seguramente te hará un cuestionario sobre los antecedentes médicos y dentales del niño. Si el dentista detecta algún problema, indicará el tratamiento a seguir y te dirá si es mejor realizarlo cuánto antes o si es mejor resolverlo en el futuro cuando le salgan los dientes definitivos.
Si todo va bien, una revisión anual bastará hasta que comience el recambio de dientes.
Antes de acudir, debemos preparar al niño psicológicamente. Podemos explicarle que será como un juego donde le mirarán la boca y que si se porta bien tendrá un premio.
Entraremos a la consulta con el niño, dándole confianza para que esté tranquilo y no se sienta abandonado. La actitud de los padres influirá en la imagen que el niño se haga de su primera visita al dentista.
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