Según un estudio científico que ha sido avalado por El Consejo de Productos del Mar de Noruega, es muy recomendable realizar la incorporación del salmón en la dieta durante el embarazo y la lactancia e incluirlo igualmente durante la infancia del niño. Según dicho estudio, los ácidos grasos Omega 3 aportados por la ingesta de salmón evitan un posible parto prematuro y contribuyen en gran medida a desarrollar el feto, especialmente durante la última etapa de la gestación pero también durante los primeros años de vida del pequeño.
En la web de Sólo ellas, nos hablan de este estudio, de las propiedades nutricionales que presenta el salmón, de sus beneficios y sus cualidades, etc. Lo que ya no nos parece tan bien es la propaganda y el encauzamiento que se realiza hacia la marca Salmonfumat, pero éste es otro tema en el que intervienen intereses económicos más que saludables. En Bebés y más hemos hablado sobre la importancia de que las embarazadas limiten la ingesta de algunos pescados, también sobre las recomendaciones de realizar un aporte de este tipo de ácidos a través de otros alimentos, ya que por desgracia, el pescado se encuentra contaminado por mercurio, como indica la Agencia Norteamericana del Medicamento (FDA) y la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos.
El salmón y el pescado en general son alimentos realmente beneficiosos, pero los beneficios que pueden aportar se ensombrecen ante la contaminación que sufren los mares, por tanto, lo mejor es comer pescado pero en su justa medida sin abusar.
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