Ha llegado el verano y no solamente podemos darnos cuenta de ello por el calendario: el calor se hace presente (y con mucha fuerza). Para esta época, se antoja hacer actividades que nos ayuden a mitigar el aumento de temperatura, como ir a la piscina o jugar guerras con globos de agua.
¿Pero qué pasa cuando no podemos salir o las temperaturas nos forzan a quedarnos dentro de casa y queremos sentirnos un poco más fresquitos? Te compartimos algunas ideas de actividades refrescantes para entretener a los niños en casa cuando hace mucho calor, aunque no tengas terraza.
Jugar en la bañera
La primera idea que te compartiremos es esencial para los días de mucho calor: meter a los niños en la bañera. Además de refrescarse, hay varias cosas divertidas que los niños pueden hacer mientras están en la bañera:
- Usar juguetes especiales para el agua (como patitos de hule o barquitos flotantes).
- Prestarles algunos recipientes con los que puedan verter agua y jueguen al "laboratorio" o al café y que preparen "bebidas" (ojo, sin tomárselas).
- Añadir burbujas para crear peinados locos.
- Hacer pruebas o experimentos con objetos que floten y se hundan
- Comprar letras o números de espuma, especiales para adherirse a las paredes alrededor de la bañera o para dejarles flotar en el agua. Con ellos pueden practicar el abecedario, jugar a deletrar palabras, jugar al ahorcado o colgado...
- Darles algún puzzle para el baño que se adhiere a la pared y que lo armen.
Pintura con cubos de hielo
Hacer manualidades, como pintar, siempre es una actividad entretenida para los niños. Pero para darle un toque fresco, podemos optar por hacerla con cubos de hielo - una idea que seguro encantará a los niños. Preparar todo es muy fácil (aunque habremos de hacerlo con antelación).
Solo necesitaremos una cubitera, en la que verteremos agua como normalmente lo hacemos para preparar hielos, pero además del agua, añadimos unas gotas de colorante alimenticio a cada cubo, alternando los colores que tengamos y combinandolos para hacer colores diferentes. Colocamos palitos de polo y lo metemos a congelar.
Una vez que estén hechos los hielos, los niños podrán pintar con los cubos mientras éstos se van derritiendo. Es importante utilizar papel especial para acuarelas y no hojar regulares, para que absorban el agua y las hojas resistan mejor.
Te compartimos un tutorial sobre cómo hacerlo:
Hacer helados o polos caseros
Una idea que nunca falla es preparar algo refrescante para disfrutar. Podemos organizarnos con los niños para preparar polos helados en casa con moldes que podemos encontrar fácilmente en el mercado, y hacerlas al gusto de cada quien con frutas, yogur, chocolate...
Si buscamos algo que sea más rápido de preparar, podemos proponerles jugar a la heladería: compramos helado de un sabor simple (como vainilla) y colocamos platos pequeños con diversos toppings que los niños pueden ponerle a su helado, como chispas de chocolate, trocitos de almendra o cacahuete, sprinkles de colores, etcétera. Alguien puede ser "el heladero" y la otra persona "el cliente", que pedirá las especificaciones para su helado.
Picnic dentro de casa
En verano es común que organicemos un picnic para disfrutar el día, pero cuando la temperatura está muy elevada podemos optar por trasladarlo al interior de casa. Para ello colocamos una manta en el suelo del salón (o la habitación de su preferencia) y preparamos alimentos y bebidas frescos, entre los que habremos de incluir las frutas de temporada, como:
- Sandía
- Melón
- Fresas
- Melocotón
- Uvas
Día de spa
Una idea que además de relajante puede ser refrescante, es dedicar un día o tarde para hacer un spa en casa con los niños (y que no falten las rodajas frescas de pepino).
Entre las actividades que podemos hacer para sentirnos como en un spa real, podemos optar por masajes en espalda o pies con alguna crema refrescante, jugar a hacerse la manicura o pedicura, así como hacer unas mascarilla casera que sea fresca.
Fortaleza en el salón
Finalmente, una idea que además es juego y con la que seguro pasarán horas de diversión: construir una fortaleza en el salón o la habitación de los niños. Usando sillas y otros muebles como pilares o paredes, colocaremos encima de ellos una sábana grande a modo de techo o toldo.
Para que sea refrescante, podemos colocar cerca un ventilador de piso o de torre que ayude a la circulación del aire, ayudándonos a crear un entorno tranquilo en el que los niños podrán leer o jugar.
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