Siete planes con niños que les harán más fuertes
Recuerdo que cuando era pequeña mis padres me enviaban al campo de una tía a pasar algunos días en vacaciones... era lejos, así que las pataletas para regresar a casa no valían de mucho. Lo recuerdo no con mucha alegría porque fui de las niñas a las que les gustaba poco separarse de sus padres.
Sin embargo a medida que fue pasando el tiempo me gustó la idea y aprendí a ser un poco independiente a una edad relativamente temprana: sabía organizar mi maleta, a llevar lo que consideraba necesario para entretenerme, a estar pendiente de mi misma estando lejos de mis padres e intentar no ser una carga para la tía que me acogía. No era una experiencia dura en absoluto (aunque está claro que en ese entonces las comodidades en el campo eran limitadas), pero hoy en día puedo decir que me ayudó a ser más fuerte.
Creo que este tipo de cosas son enriquecedoras para un niño: aprender a estar lejos de los padres, a ver el mundo desde otra perspectiva o algo tan simple como aprender que algunas veces debemos comer lo que nos ofrecen y no solamente lo que nos apetece son cosas que no se aprenden en el colegio sino a través de las experiencias que le podamos brindar a nuestros hijos. Hoy he seleccionado cinco que, en mi opinión, les puede ayudar a hacerse más fuertes.
Recoger ropa y juguetes y donarlos a una institución de caridad
En principio este no es el plan más divertido (en especial para ellos), porque a algunos niños les cuesta desprenderse de sus cosas, así lleven años sin voltearlas a mirar. Sin embargo hacer este tipo de gesto solidario e involucrar a los niños les brinda mucho más que aprender a dejar ir aquello que definitivamente ya no utilizan: les enseña a compartir con personas que los necesita mucho más.
Llevar regalos de navidad a niños que se encuentren ingresados
La salud es una de esas cosas que solemos valorar poco cuando la tenemos y aunque no es algo que deba entender un niño, sí que puede ser educativo el visitar a otros niños, por ejemplo en navidad, para llevar algunos regalos y de paso mostrarles lo afortunados que somos los que podemos gozar de ella.
Obviamente no se deben llevar a niños muy pequeños (sobre todo porque sus defensas pueden no ser muy fuertes todavía), sino a quienes ya tengan una edad para entender que algo tan simple como poder salir a jugar al parque o a correr, es algo que no todos los niños pueden hacer.
Visitar una residencia de ancianos
Cuando somos pequeños obviamente no pensamos en que algún día seremos personas mayores, pero sí es importante de que desde muy corta edad aprendan que ellos necesitan atención, amor y sobre todo merecen mucho respeto. Compartir tiempo con otras personas mayores aparte de los abuelos es muy enriquecedor para los niños y de paso, seguramente les daremos una alegría a quienes reciban una visita inesperada.
Ir a un país con una cultura totalmente distinta
El año pasado fui a Vietnam y durante mi recorrido me encontré con una pareja de españoles que viajaban con dos niños pequeños (el menos no llegaba a los 4 años). Me impresionó lo bien que se manejaban y la forma en la que contaban todo lo que habían visto, refiriéndose sobre todo a los niños de ese país. Ese día me di cuenta que a veces pensamos que un niño es demasiado pequeño para hacer ciertas cosas pero nos equivocamos: ellos se adaptan a nuevas situaciones incluso mejor que nosotros mismos.
El ver, por ejemplo, que no todos los niños cuentan con las mismas comodidades les enseña a valorar lo que tienen a su alrededor. También les enseña a respetar el que otras personas tienen costumbres distintas a las nuestras y que eso es totalmente válido... viajar desde muy pequeños les ayuda a abrir la visión del mundo.
Hacer senderismo
Es uno de los planes más fáciles de hacer porque no es complicado encontrar rutas para hacer con niños independientemente del sitio en el que vivamos. Mi recomendación es que el itinerario no sea demasiado largo y que elijáis un sitio en el que al llegar, encontréis algo bonito (como un lago, por ejemplo).
Lo ideal es planificarlo con ellos: desde elegir el sitio y la ruta, hasta la comida que vamos a llevar: eso les enseña a planificar, a sentir la satisfaccion de una meta y por supuesto a valorar los recursos naturales. No hay excusas, se puede hacer, incluso con niños muy pequeños.
Cultivar un huerto
Diréis que este plan tiene que ver más con la fuerza física que con otra cosa pero no. El plantar algo, tener que cuidarle y al final recoger un fruto fortalece el don de la paciencia y enseña el verdadero significado de la palabra 'trabajar'. Es verdad que es un plan que también nos viene bien para enseñar hábitos saludables (os aseguro que ningún niño se resistirá a comer una verdura plantada por él mismo), pero no es lo único que el niño aprende.
Afortunadamente la gente que vivimos en la ciudad lo tenemos un poco más fácil que antes gracias a los huertos urbanos, pero si no sois de los que tiene uno cerca, podéis crear el vuestro en una terraza o en un balcón... ¡aquí la creatividad también se puede poner a trabajar!.
Visitar una protectora de animales
Aunque los animales les suele gustar a todos los niños, muy pocos son conscientes de la responsabilidad que implica acogerles en casa y cuidarles... mucho menos de que algunas personas optan por abandonarles cuando se sienten superados por ella. Por eso un buen plan puede ser visitar una protectora de animales en el que les enseñen que un animal no es un juguete y les expliquen el por qué están allí.
¿Habéis realizado alguno de estos planes con vuestros hijos?. ¿Recomendaríais algún otro?
En Bebés y Más | 'Aventuras en familia': 181 propuestas para disfrutar con los niños, "Acabas viendo los destinos a través de los ojos del niño". Entrevista a Ana Pérez Marcos, una mamá viajera