Embarazada en verano: cinco consejos para sentirte mejor
Puede que estés al inicio del embarazo, que tengas vacaciones para poder descansar y cuidarte o sencillamente que te sientas estupendamente en esta época del año a pesar del embarazo. Pero muchas mujeres embarazadas, sobre todo si están en la recta final, no se encuentran en su mejor momento y se plantean cómo sobrevivir en verano. Os ofrecemos cinco consejos para sentirte mejor si estás embarazada en verano.
Porque hay sencillas recomendaciones que pueden hacerte la vida más fácil en esta etapa, para estar más saludable, para que el calor no haga estragos, para minimizar las incomodidades y molestias y podamos disfrutar más de esta época del año. Si estás embarazada, no te pierdas estos consejos, ¡y a disfrutar del verano!
Una buena hidratación: agua, agua y más agua
Si para cualquier persona es importante mantenerse hidratada cuando las temperaturas aumentan, en el embarazo es especialmente importante prevenir la deshidratación, sobre todo en verano, cuando perdemos más líquidos. La hidratación en el embarazo requiere unos 2'7 litros (unos diez vasos al día), cantidad que puede aumentar si hace mucho calor.
Hablamos principalmente de agua, zumos naturales, leche... bebidas naturales y refrescantes que, junto a fruta y verdura, aumentan la hidratación corporal. No olvides nunca la botella de agua, especialmente si vamos a la playa o a la hora de hacer ejercicio. Una buena hidratación nos ayuda a mantener el peso ideal en la gestación, previene el estreñimiento, las hemorroides, la retención de líquidos (con el tan indeseado edema), el acné, contribuye a la elasticidad de la piel...
Protégete del sol y del calor
Durante el embarazo hay que tomar el sol con precaución, ya que, al margen de los riesgos para la piel que tiene cualquier persona, la gestante es más propensa que otras mujeres a desarrollar melasmas o manchas en la piel. Evita la exposición solar directa, utiliza protección solar de factor elevado, especialmente en la cara. No olvides la sombrilla a la hora de ir a la playa y evita las horas centrales del día, cuando esquivar el sol se hace mucho más difícil.
Escoge para tu día a día prendas frescas que también protegen la piel del sol, sombreros... La ropa más adecuada para no elevar más la temperatura corporal cuando hace mucho calor es ligera y holgada, de fibras naturales como algodón que faciliten la transpiración. No olvides tampoco escoger un calzado cómodo y fresquito, que no oprima ni dificulte la circulación.
No dejes de hacer ejercicio
Podría parecer que en verano lo mejor es dormitar como marmotas huyendo del calor y del esfuerzo. Pero esto puede ser muy contraproducente para la embarazada, que para estar saludable tiene que seguir haciendo ejercicio a lo largo de los tres trimestres, adaptándose a su cuerpo y al ambiente. La actividad física habitual previene muchos problemas de salud en la madre y el bebé y esto es válido y necesario en cualquier época del año.
Entonces, para hacer deporte o ejercicios adecuados en verano hemos de evitar las horas centrales del día si es al aire libre y cuidar muy bien la hidratación, antes, durante y tras la práctica de actividad física. Existen ejercicios muy apetecibles en verano, como la natación durante el embarazo, caminar por la orilla de la playa... de modo que este es nuestro siguiente consejo.
Playa o piscina, bien fresquitas
Si algo de apetecible tiene el verano son las posibilidades de refrescarnos en el mar o en la piscina. Durante el embarazo, no tenemos por qué privarnos de estos entornos, más aún teniendo en cuenta que la playa nos invita a caminar y a nadar (no en las horas centrales del día) y que la piscina es la perfecta aliada de la embarazada para refrescarse, hacer ejercicio (natación, aquarerobic, entrenamiento en el agua...).
El ejercicio inmersas en el líquido elemento es fabuloso para mejorar la circulación, la respiración, el tono muscular, para fortalecer sin forzar articulaciones, disminuye el dolor en la zona lumbar, se previene el edema, el estreñimiento, es un método excelente para relajarse...
Algunas consideraciones a tener en cuenta para que la experiencia sea positiva son: ojo a los resbalones junto a la piscina, evita alejarte a los lugares de mayor profundidad, no te lances de cabeza, sigue las indicaciones de los puestos de socorrismo, comprueba que la temperatura del agua es adecuada (alrededor de los 27-31 grados centígrados)... Toma las precauciones necesarias respecto al sol y el calor, y a disfrutar de estos lugares refrescantes.
Una comida saludable y refrescante
En verano conviene adaptar la dieta a las altas temperaturas y la mayor necesidad de hidratación. Una buena dieta incluye los alimentos que aportan todos los nutrientes que necesita en la gestación y que, a la vez, proporcionan la hidratación necesaria y evitan la sensación de pesadez que producen algunos platos más "de invierno".
Los reyes de la mesa en esta época son frutas y verduras de temporada (albaricoques, brevas, cerezas, nectarinas, melocotones, melón, sandía, ciruelas, aguacate, calabacín, pepinos, zanahoria...), verduras y hortalizas en ensalada, lácteos frescos, ensaladas de pasta y arroz, gazpachos, batidos naturales... Y, si te encuentras bien, un heladito, horchata o granizado de vez en cuando, por qué no.
Lo que conviene evitar son las comidas con mucha grasa o muy calientes, como es lógico, para evitar que aumente nuestra temperatura corporal, para prevenir el aumento excesivo de peso y molestias digestivas más temidas como la acidez, los gases...
Esperamos que si pasas estos próximos meses embarazada guardes un buen recuerdo, que sea inolvidable pero no por las molestias o incomodidad sino porque te has encontrado bien, saludable. Seguro que siguiendo estos cinco consejos para las embarazadas en verano estás más cerca de conseguirlo.
Fotos | David Salafia en Flickr-CC, iStock
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